Digitalización para la sostenibilidad

28 de Enero 2021 Columnas

Datos al servicio del desarrollo fue uno de los pilares fundamentales del Enade de este año. Por una parte, el valor de los datos nace de su análisis y transformación en información que sustente la toma de decisiones. Por otra parte, gracias a la consolidación de grandes datasets, vemos la implementación de inteligencia artificial detrás de nuevos y mejores productos y servicios. En cualquier caso, el valor de los datos aumenta mientras más veces son utilizados y mientras más usuarios acceden y se benefician de ellos. Por lo tanto, los datos no son el nuevo petróleo: su valor no depende de su escasez. ¿Serán entonces un nuevo recurso renovable, o un nuevo bien público? Más aún, ¿podemos hablar de sostenibilidad digital?

Partamos por distinguir entre datos de carácter abierto y cerrado. Los primeros son aquellos a los que todos pueden acceder, con derechos que permiten su uso y distribución sin ataduras. Hace algunos años se dimensionaba su impacto económico en más de 3.2 millones de millones anuales (sí, ¡12 ceros!). Adecuadamente regulados, los datos abiertos generan oportunidades para el crecimiento económico, la innovación, un mejor gobierno, una ciudadanía empoderada, e información más transparente para la solución de problemas públicos.

Una gobernanza virtuosa de datos abiertos requiere de un modelo de tres hélices: Gobierno, industria y academia. En Chile, la recién promulgada Política Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación incluye el fortalecimiento de la fundación Data Observatory para habilitar la innovación en pro del desarrollo sostenible a partir de datos abiertos, generando un espacio que reúne a actores críticos: el Estado, la sociedad, la industria y la academia. Si bien hoy la integran los ministerios de Ciencia y de Economía, la Universidad Adolfo Ibáñez y Amazon Web Services (AWS), pronto abrirá una convocatoria para participar a nuevos actores.

Junto a la agencia australiana de investigación Csiro, a través de su oficina en Chile, Data Observatory provee un repositorio abierto de observación terrestre y marítima, disponible para el libre acceso y análisis de datos para tomar mejores decisiones hacia un desarrollo sostenible del territorio, analizar escenarios de sequía, temperaturas extremas y deshielo, predicción de mareas rojas, entre otros cientos de usos en vistas al cambio climático. Por otra parte, Chile además concentra el 70% de la infraestructura de observación astronómica mundial, generando datasets de clase mundial para entrenar algoritmos de inteligencia artificial}.

Todo lo anterior confirma las oportunidades que ofrecen los datos abiertos para abordar los objetivos de desarrollo sostenible y al mismo tiempo dar sostenibilidad a las organizaciones. Acaparar datos pareciera no ser un modelo sostenible, tampoco que los datos solo sean del control de un único agente.

Columna publicada en La Segunda.

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