El año 1992 un grupo de científicos publicó un artículo que ponía alerta del camino que la humanidad estaba tomando en relación a los temas ecológicos y medio ambientales. Veinticinco años después, en 2017, se publicó una segunda advertencia, apoyada por más de 15,000 científicos (probablemente el paper científico más apoyado en la historia de la ciencia), donde se profundizó en la urgencia de diferentes acciones para el cuidado medioambiental y la supervivencia: la educación de los niños acerca de la naturaleza y el fomento de la participación de la sociedad en la apreciación del mundo natural están dentro de dichas acciones. Pareciera una necesidad ética urgente el desarrollo de intervenciones prácticas eficaces que permitan crear consciencia de nuestra responsabilidad en la relación con el medio ambiente.
A pesar de que la información científica está disponible hace ya un par de décadas (y se sigue acumulando), ¿Qué nos pasa que no se crea el momentum o la energía necesaria para realizar los cambios para asegurar nuestra vida en el planeta, y sobre todo de las generaciones que vendrán?
Pareciera que una posible razón está en la necesidad de crear vínculos afectivos con el mundo natural. La ecuación no es tan compleja: cuidamos lo que queremos, y para querer algo debemos conocerlo y establecer una relación. Así como las personas y los vínculos que protegemos se basan en un afecto, una valoración y un conocimiento mutuo, esta es la relación que debiéramos aspirar a construir con nuestro entorno para llegar a estar dispuestos a movilizarnos y salir de nuestras zonas de confort (que cada día se ven más incómodas frente a la realidad planetaria) para cambiar nuestros hábitos.
¿Y cómo se crea un vínculo afectivo con la naturaleza?
Una propuesta es El Trabajo que Reconecta (TQR) desarrollado por la filósofa y ambientalista norteamericana Joanna Macy. Se trata de un retiro de 10 días, que combina teoría y práctica, y que junto con educar sobre la situación actual global, pretende apoyar un proceso personal profundo que movilice los recursos personales para hacer los cambios necesarios para apoyar la vida humana en el planeta.
Aunque el trabajo de Macy es referente dentro del ámbito de la Psicología que se ocupa de la relación de los seres humanos con el medio ambiente (Ecopsicología), no existen estudios en relación al impacto que éste tiene. Es por esto que los psicólogos Felipe Landaeta (PhD) y Rocío Cerda, profesores de la UAI, están actualmente conduciendo el 1er estudio empírico en el mundo sobre el impacto percibido del TQR, resultados que se expondrán en el Congreso Internacional de Ecopsicología de Octubre a realizarse en la Universidad Veracruzana en Oaxaca, México. Es un momento importante para la vida humana en el planeta, y se espera contribuir con este estudio a búsqueda de soluciones aplicables partiendo de las vivencias de chilenas y chilenos que vivieron este proceso.