“Siempre he estado relacionado con el mar, es lo que me mueve. Y también me apasiona la parte social, entonces pensé en cómo puedo encontrar algo que mezcle las dos cosas”, comenta Ignacio Cueto, ingeniero comercial y Magíster en Innovación y Diseño (MID) de la Escuela de Diseño de la Universidad Adolfo Ibáñez, cuando habla de Amarea, la empresa de alimentos en base a algas marinas chilenas que fundó junto a su compañero José Tomás Sagredo.

El interés de Ignacio por trabajar con productos del mar se remonta al momento en que se preparaba para su tesis. Entonces desarrolló en el Fab Lab de la Escuela de Diseño UAI, una máquina que cortaba algas, mejorando los tiempos de secado. En este proceso se encontró con pescadores artesanales y conoció a fondo su trabajo. “Son personas que cuidan y viven el mar, y que han sido muy dañadas por las grandes industrias. Entonces pensé cómo poder potenciar la labor que hacen particularmente los algueros, que son como una subdivisión dentro de los pescadores, y que es un grupo que está aún más vulnerable y perjudicado”, señala Ignacio quien luego de egresar de la UAI con una doble titulación de la Escuela de Negocios y la Escuela de Diseño se adjudicó dos fondos Corfo: uno de innovación y otro de emprendimiento que le permitieron continuar con el desarrollo de su proyecto. El de innovación fue para “mejorar la máquina que había creado en la tesis. Ahí me vine a vivir a Pichilemu, y empecé a trabajar con algas y con pescadores, algueros y algueras”, señala el egresado del MID y agrega que gracias a esa experiencia en 2020 se asociaron con el chef de comida japonesa, Marcos Baeza del restaurante Naoki en Santiago. “Él tenía de aperitivo unos snacks, una especie de maní, de papa frita, pero de alga”, dice.

Luego de esta alianza, la adjudicación del fondo de emprendimiento de Corfo les permitió desarrollar el producto. Y ahí nació Amarea con el objetivo de crear nuevos sabores y experiencias con algas chilenas para mejorar la alimentación consciente y responsable de la mano de recolectores artesanales, quienes les ayudan a velar por el cuidado de los ecosistemas marinos de las costas chilenas. “Partimos con los snacks. Queríamos cambiar la percepción que había hacia el cochayuyo. Generalmente cuando uno piensa en cochayuyo piensa en el olor, en el sabor, entonces la idea era sacar ese estigma con ese envase, y creo que lo logramos”, señala Ignacio. A partir de entonces comenzaron a exportar el envase, primero a Estados Unidos, luego entraron en Amazon. Y entre 2022 y 2023 en Chile entraron  en Jumbo, Unimarc y a Starbucks.

¿Por qué algas?

José Tomás e Ignacio explican que las algas producen más de la mitad del oxígeno del planeta y que todos los ecosistemas marinos dependen de ellas. Destacan también su rápido crecimiento sin la necesidad de agua, tierra ni fertilizantes, lo que las posiciona como uno de los alimentos del futuro. En Amarea trabajan bajo principios de comercio justo de la mano de recolectores artesanales, con quienes desarrollan un exhaustivo trabajo que permite potenciar el desarrollo sostenible de los recursos marinos. Así, destacan por un lado la alimentación sana y, por otro, contribuyen al desarrollo sostenible y al cambio climático.

“Me sirvió mucho estudiar diseño. Haberme empapado de todas las herramientas que necesitaba. Ahora me toca ver diseño todo el día”, indica Ignacio quien también estudió el Magíster en Innovación y Diseño de la UAI. El ingeniero en diseño agrega que las complejidades no estuvieron exentas durante el camino. “Nos dimos cuenta que el producto también tenía debilidades, sobre todo sensoriales, entendiendo que es alga y es complejo”, dice. Sin embargo, el desarrollo de Amarea continuó y gracias a la adjudicación de un nuevo fondo, esta vez para hacer hamburguesas de alga congeladas. Así comenzaron a expandir la oferta hacia el rubro de las hamburgesas de alga congeladas. Luego vinieron sazonadores, los nuggets y otros novedosos producto horneados, crocantes y hechos con algas cuidadosamente seleccionadas de las costas del Pacífico.

“Todos lo que hacemos es único en el mundo. Generalmente el cochayuyo es solo chileno y no está en ningún otro lado, entonces todo lo que hagas con respecto a él o lo ha hecho otro chileno o no lo ha hecho nadie, y creo que somos los que hemos llegado más lejos con productos de algas en Chile”, destaca Ignacio sobre los primeros snacks de Chile hechos 100% de algas por Amarea. Hoy trabajan con 20 comunidades recolectoras, desde Matanzas hasta Duau, en la VII Región. “Los ayudamos a postular a fondos, ganamos fondos en conjunto, les ayudamos a mejorar una planta que tienen. Más que una relación de proveedores, es una de colaboración y las ganas de querer ser mejores. Eso es lo que más me gusta”, dice.

Sobre su paso por la UAI, cuenta que decidió estudiar el Magíster en Innovación y Diseño “porque me hacía sentido poder desarrollar más la parte de diseño. Fue un desafío grande, y ahí empecé trabajando el tercer trimestre en algas, para hacer la tesis”. Y destaca que el valor agregado de la universidad es “el conjunto de cosas que te hacen ser un mejor profesional. El hecho de que sea una formación integral me ha permitido poder navegar en un producto que es bien complejo, que es difícil, pero siento que tengo todas las herramientas para hacerlo, y viene un poco del Magíster. El hecho de que la carrera de comercial sea tan emprendedora te va forjando y dando un cuero de chancho que creo que es súper necesario para emprender. Y eso lo he sentido y es lo que más rescato de la universidad”.

Conoce más sobre Amarea en su página web www.amarea.cl/ y en su cuenta de Instagram @amarea_seaweeds.