El profesor de la Escuela de Negocios de la UAI, Pedro Fierro, publicó un estudio sobre el impacto político de las redes sociales en Chile, en la prestigiosa revista Social Science Computer Review; contribuyendo con ello a entender los altos niveles de descontento.

La investigación analizó la relación que existe entre el uso de las redes sociales y el desarrollo de la eficacia política, tanto interna como externa, a partir de encuestas realizadas entre los años 2017 y 2021 en los 10 municipios más poblados de la Región de Valparaíso en Chile. “Junto a los coautores de este trabajo, hemos venido analizando desde hace algún tiempo la desafección política en Chile. En concreto, nuestro interés se ha centrado en intentar comprender dos actitudes políticas vinculadas a este fenómeno, la eficacia interna y la eficacia externa. La primera se relaciona con la sensación de que estamos capacitados para participar de los asuntos públicos, mientras que la segunda se vincula a la sensación de que el sistema responde. El tema es interesante, puesto que permiten identificar cierta sensación de frustración en la ciudadanía, es decir, esa creencia de que la acción política tradicional no vale la pena y de que el sistema no es permeable”, señala el profesor sobre su estudio.

Entre los principales hallazgos de la investigación está el hecho de que el desarrollo de la afección política parece depender del tipo de uso que se le dé a las redes sociales. Es decir, el uso político podría relacionarse de forma positiva con una mayor afección, pero no así en el uso social o recreacional, donde se observa una relación con mayor desafección. En esa línea, algunos de los resultados sugirieron que quienes usan las redes sociales con motivos “no políticos” tienden a presentar menores niveles de eficacia externa.

Si bien hoy se piensa que las redes sociales podrían cumplir un rol en la democratización de las discusiones sobre los asuntos públicos, llegando y dando voz a sectores que usualmente se encuentran más marginados, los resultados del estudio muestran que esta idea es un poco más compleja. “Vemos que no todos los tipos de usos parecen impactar positivamente en el desarrollo de la afección política,  por lo que esta situación se vuelve más desafiante. Efectivamente Internet tiene el potencial de incluir a sectores rezagados, pero para que eso se cumpla debemos conocer mejor las dinámicas propias de estas relaciones para poder enfrentarlas de manera correcta”, cometa el docente.

Al preguntarle cual cree que son los principales riesgos pesquisados, sostiene: “En resumen, existe la posibilidad de que las nuevas plataformas simplemente refuercen ciertos patrones ya existentes, generando un círculo virtuoso o “vicioso” entre aquellos que ya forman parte de las discusiones públicas. Esto aumentaría las brechas actitudinales entre los incluidos y los marginados. Ese creo que es el principal riesgo, que ya viene advirtiéndose desde hace algún tiempo en diferentes investigaciones”.

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