La semana pasada la región completa se estremeció con el asesinato de un menor de 14 años, atropellado por una micro cuyo conductor estaba presuntamente bajo la influencia de las drogas, en Valparaíso. Lamentablemente, el caso de Mauro no es aislado y la siniestralidad vial ha sido sindicada como la primera causa de muerte externa en menores de 0 a 15 años en Chile.
Bien conoce aquellos datos la secretaria ejecutiva de la Fundación Emilia, Paola Mondaca. La asistente social es también la encargada de atender y acompañar a víctimas de la siniestralidad vial que se acercan a la entidad a pedir ayuda, por lo que tiene muy claro que los números en realidad son personas, dolores y muchas veces pérdidas irreparables.
Creada hace ya casi una década, esta ONG nació de la mano de Carolina Figueroa, académica que perdió a su hija de solo meses, tras ser chocadas por un conductor ebrio. Su trabajo permitió que se endurecieran las penas para conductores involucrados en siniestros viales, sobre todo si están bajo los efectos del alcohol, drogas, etc. Pero en paralelo, la organización se ha dedicado a fomentar la conducción segura y responsable, a través de la concientización y educación.
Por eso, Paola Mondaca -al igual que Figueroa- habla desde la claridad y “sin anestesia”: los chilenos no toman conciencia mientras no son fiscalizados, asegura, mientras recuerda estudios de la propia fundación que muestran que el 2023 fallecieron 68 niños, niñas y adolescentes en accidentes de tránsito, cifras que alcanzan a casi 700 infantes si se considera la última década.
La secretaria ejecutiva de la organización advierte, en todo caso, que los siniestros viales tienen orígenes claros: “La primera causa es no estar atentos a las condiciones del tránsito. La segunda es el exceso de velocidad, y la tercera es el consumo de alcohol y drogas en la conducción”, aclara.
En ese sentido, cree que la idiosincrasia nacional influye también, pues “el chileno necesita que lo estén controlando, que lo estén fiscalizando para poder cumplir, para no cometer alguna infracción… Tiene que haber una ley para que la gente pueda tomar conciencia”, explica.