Redes Sociales: Su rol en el involucramiento de los ciudadanos en la política

9 de Julio 2018 Noticias

En la opinión pública se suele comentar que las redes sociales ayudan a democratizar el involucramiento ciudadano, es decir, que lo hacen accesible y cercano para los que usualmente están excluidos. Esto, potenciado porque hoy en día, la gran mayoría de los chilenos tiene acceso a internet y, con ello, a una cuenta de Facebook.

Sin embargo, los resultados que los investigadores de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez Pedro Fierro y Patricio Aroca han obtenido en una de sus últimas investigaciones en curso llamada “Attitudinal Gap? Social Media Use and the Uneven Development of Political Disaffection” han mostrado que  las RR.SS. podrían, más bien, profundizar ciertas brechas entre quienes ya se sienten cercanos a la política y quienes no.

¿Por qué?

Todo depende del uso que se dé a las herramientas digitales. “Efectivamente el uso cívico parece estar bastante asociado a un aumento de la afección política. Hablamos de compartir noticias, sumarse a causas sociales, hacer campaña política o simplemente intercambiar ideas. En la medida en que se realizan estas actividades, no sólo se fomenta la participación offline, sino que incluso se fortalecerían actitudes como el interés político, la eficacia interna y la eficacia externa. En resumen, los ciudadanos se sentirían más interesados y cercanos,” explica el profesor Pedro Fierro.

En un contexto de malestar y desafección como el que se vive en Chile desde hace varios años, esto es particularmente importante.

Sin embargo, el uso habitual que se les da a estas plataformas digitales también involucra motivaciones sociales o de entretención, como conocer gente, estar en contacto con amigos o simplemente pasar el rato viendo videos y fotos.

Todas estas actividades, de acuerdo a los resultados del estudio de los profesores Fierro y Aroca,  no se asociarían del todo con el fortalecimiento de la afección política y, por el contrario, podrían producir brechas entre quienes ya están cercanos a la política y quienes no. “La literatura ha sugerido en los inicios de Internet que las “nuevas tecnologías” -hoy no tan nuevas-  nos podían llevar a segregar más que a equilibrar. Si bien ya hay un acceso más homogéneo a estas plataformas, creo que la pregunta sigue siendo vigente,” dice el profesor Fierro.

Esto se explica porque no necesariamente las personas utilizan las redes para propósitos cívicos y recreacionales de manera equilibrada. “En general se sugiere la existencia de un círculo virtuoso entre quienes ya están involucrados y quienes usan las nuevas tecnologías políticamente. Por eso algunos reconocidos investigadores incluso hablan de las plataformas digitales como “herramientas de los poderosos,” dice Fierro. Ahora bien, explica el académico, efectivamente quienes utilizan las redes sociales con motivos predominantemente recreacionales, podrían darles también un uso cívico secundario, el cual incluso podría ser involuntario. “Las consecuencias de ese uso secundario pueden ser definitivamente positivas, y es uno de los temas que vamos a seguir investigando.”

Para este estudio,  los investigadores utilizaron una encuesta ejecutada por Adimark en la región de Valparaíso el año 2017, que considera 1650 casos presenciales de las 10 comunas más grandes de la región. Con esos datos, y en términos muy generales, utilizaron modelos de ecuación estructural para construir factores y estimar las relaciones que intentaban determinar. Dos de esos factores eran sobre el uso de redes sociales -cívico y recreacional- y tres sobre desafección -eficacia interna, eficacia externa e interés político.

Conferencia en Marruecos

El estudio fue uno de los dos que el profesor Fierro junto al profesor Patricio Aroca -Director de Investigación de la Escuela de Negocios– presentaron en Marruecos, en la conferencia anual de WAPOR (Asociación mundial de opinión pública).

El otro trabajo -realizado junto al investigador de la fundación Piensa Jaime Lindh-  es sobre el involucramiento ciudadano. “Estudiamos la eficacia política, que se entiende como la sensación de que la acción de cada ciudadano tiene, o al menos puede tener, un impacto en el proceso político. En ese estudio profundizamos en dos aspectos distintos. El primero es la sensación de competencia que tienen los ciudadanos de sí mismos, lo que se denomina “eficacia interna”. El otro, por su parte, se relaciona con la sensación de que las autoridades o instituciones del sistema político responden a los intereses ciudadanos, lo que se denomina “eficacia externa”.

En esa línea, los investigadores trataron de identificar si estas dos actitudes políticas impactan en la participación ciudadana no electoral, es decir, en las protestas, marchas, tomas de universidades, etc.

Los fracasos de las encuestas

Otro de los temas tratados en la conferencia fue cómo puede ser medida la opinión pública, teniendo en cuenta los fracasos de las encuestas a nivel global. “Muchas veces el fracaso asociado a las encuestas no se debe a temas metodológicos -que son los que se discuten en el congreso-, sino más bien a la interpretación que se hace en la opinión pública de los datos que usualmente se presentan. Por eso mismo, un antiguo profesor nos solía comentar que, al menos para quienes se dedican a las ciencias sociales, los datos de las encuestas debiesen ser como un farol para un ebrio: que sirvan para apoyarse más que para iluminarse”, comenta el profesor Fierro.

 “Pese a eso, es imposible negar la existencia de una serie de dificultades metodológicas que han tenido que enfrentar las encuestas de opinión, pero creo que son desafíos similares a los que están viviendo otras disciplinas”, concluye.

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