¿Qué nos dejaron las elecciones?

20 de Noviembre 2017 Noticias

Los inesperados resultados de las elecciones de este domingo 19 de noviembre no dejaron indiferentes a nadie. Académicos UAI, a través de sus columnas escritas en diversos medios, -nacionales y regionales-, analizaron quiénes fueron los ganadores y perdedores de estas votaciones.

Aquí, un abstracto de sus opiniones:

Karen Trajtemberg, Escuela de Periodismo (El Mercurio de Valparaíso):

“La jornada de elecciones vivida ayer fue infartante. Aunque de acuerdo a los números preliminares, la participación fue menor a la de 2013, ayer la V Región se veía distinta, con calles llenas, locales de votación desbordados y vocales de mesa  estresados.

Los resultados –al menos lo que se conoce hasta ahora- fueron igualmente distintos. Se sabía que cualquier pronóstico en esta elección era imposible. No era factible  hacer un análisis serio con un sistema electoral nuevo, fuerzas y coaliciones políticas distintas, voto en el extranjero y desafección del votante. Las sorpresas eran esperables.

Y así fue: por primera vez, desde el regreso a la democracia, fuerzas nuevas lograron entrar al sistema, pero además, en el caso de nuestra región, el puzle electoral vivió un mega sismo, con la salida de vacas sagradas que pocos previeron…

Pero nuevamente el Frente Amplio dictó cátedra…La pregunta ahora es cómo convivirá dentro de un sistema donde la Nueva Mayoría (si la DC sigue dentro) y Chile Vamos se reparten la Cámara Alta en virtuales partes iguales.

De hecho, lo poco que está claro es que -con este nuevo escenario- el que la tendrá difícil será quien sea el próximo Presidente de la República. La composición del Congreso, sin ninguna mayoría clara en la Cámara de Diputados y con el empate en el Senado, no hará fácil la convivencia del Ejecutivo con el Legislativo, ni tampoco la consecución de grandes reformas, porque este mega sismo no solo se concentró en la región, sino que abarcó al país entero”.

Cristóbal Bellolio, Escuela de Gobierno (Las Últimas Noticias):

“Beatriz Sánchez es la principal ganadora de la jornada. Es cierto: solo llega tercera. Pero le pisa los talones al candidato oficialista Alejandro Guillier. Le respira en la nuca. En regiones emblemáticas, incluso, le gana. No solo lo supera en la región Metropolitana y Valparaíso, sino además lo vence en Antofagasta, donde Guillier es senador. La Bea, como cariñosamente se le conoce, se convierte en elemento clave para el desenlace de la segunda vuelta. Además fue un excelente paraguas para la lista parlamentaria del Frente Amplio, que gozará de una respetable bancada en el próximo Congreso. A diferencia del fenómeno que representó Marco Enríquez-Ominami en 2009 -que también llegó a 20 puntos- la candidatura de Sánchez tiene espalda institucional.

Beatriz Sánchez tiene un rol fundamental en las negociaciones que vienen. No todos piensan igual en el Frente Amplio respecto de la posibilidad de apoyar a Guillier. De ellos depende -en parte- que Guillier llegue a La Moneda. Esperaban gobernar más adelante, cuando sus jóvenes liderazgos maduraran un poco más. La baja votación de Guillier y la sorpresiva votación de Sánchez cambian el panorama: una alianza entre el Frente Amplio y la Nueva Mayoría aleja a Piñera de la presidencia. El frenteamplismo no esperaba tener la llave de la elección. La Bea la acaba de conseguir”.

Pedro Fierro, Escuela de Negocios (El Mercurio de Valparaíso):

“¡Vaya elección que hemos tenido! Ha sido tanto el asombro por los resultados, que hasta hemos dejado en un quinto plano la alta abstención que ha caracterizado el proceso, la que habría sido incluso mayor que la existente en la primera vuelta del 2013.

Más allá del diseño particular de las encuestas, lo cierto es que ninguna proyección pudo siquiera acercarse a lo acontecido en urnas. Pero la sorpresa claramente no estuvo en la determinación de los candidatos presidenciales que competirían en segunda vuelta – en eso, ningún sondeo se equivocó – sino que más bien en la conformación de las fuerzas políticas para los próximos 4 años. En esta línea, la increíble campaña de Sánchez no tan sólo respalda un poder de negociación inédito del Frente Amplio de cara al balotaje, sino que también se tradujo en una votación parlamentaria que ni siquiera estuvo en los sueños de Boric y Jackson (menos en los nuestros, claramente).

En resumen, es necesario que los resultados del Frente Amplio en las parlamentarias sean analizados en conjunto a la votación de Chile Vamos. Si así lo hiciéramos, nos podríamos dar cuenta de que tendremos un Congreso bastante más polarizado del que pensábamos, situación que le representará un desafío importante a cualquier candidato que llegue a pisar la Moneda en marzo próximo”.

Max Colodro, Escuela de Periodismo (La Tercera):

“Un desenlace presidencial que vino a sepultar las proyecciones de las encuestas y nos dejó a los analistas políticos marcando ocupado. Con Sebastián Piñera alcanzando apenas un 36,6% -lejos de las expectativas más modestas-, Alejandro Guillier quedando en un pobre 22,7% y Beatriz Sánchez convertida en la gran sorpresa de la jornada, con un 20,3%. Así, los únicos que anoche tuvieron buenas razones para celebrar fueron el Frente Amplio y su candidata presidencial, que rompieron todas las apuestas y pasaron a convertirse en la expectante tercera fuerza del sistema político.

Desde ayer, Beatriz Sánchez y su coalición no sólo exhiben un resultado presidencial casi equivalente al del oficialismo, sino también un aumento muy significativo en su bancada parlamentaria. Esta situación los deja, en lo inmediato, con la llave de la segunda vuelta en sus manos, como el factor principal para facilitar o impedir el eventual triunfo de Alejandro Guillier en la instancia final. En efecto, la posibilidad de generar convergencia y la capacidad de seducción del electorado del Frente Amplio serán la clave del balotaje, realidad que se ve reforzada además con la debacle presidencial y parlamentaria sufrida por la DC”.

Juan Cristóbal Portales, Escuela de Periodismo (La Segunda):

“…esta elección también demostró la capacidad de miles de inocentes electores de no sucumbir a una élite de encuestólogos y opinólogos que pretendieron – en algunos casos de forma poco inocente – generar un clima electoral adverso a ciertas candidaturas. En ese sentido, la elección desnudó la derrota de los llamados al voto útil, como la infructuosa estrategia desplegada por Piñera para capturar a los electores de Kast.

Pero la inocencia ganó a su vez con Guillier (que al final puede constituirse en el gran ganador de esta elección). Desde su indefinición conceptual y programática harakiris permanentes y deambular errático con sus partidos, todos síntomas propios de cierta inocencia política, Guillier, curiosamente, todavía puede pavimentar un triunfo raro. Su indefinición ideológica, en un escenario de segunda vuelta con dos frentes ideológicamente definidos y opuestos (parte de la DC de Goic versus el Frente Amplio y el progresismo de ME-O), le puede dar libertad de juego para salir victorioso sobre una épica de cambio generalista, e incluso bajo el discurso de aglutinante o mal menor para vencer a Piñera.

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