Escasez hídrica, la otra pandemia

2 de Junio 2020 Noticias Postgrados UAI

La ciencia nos ha dado un mensaje claro: el cambio climático a nivel global está alterando el ciclo del agua. Así de contudente es la ONU al alertar sobre la situación de escasez hídrica que afecta, y seguirá afectando, a distintas regiones a nivel mundial. Según indica la FAO, actualmente, se estima que 3.600 millones de personas en el mundo viven en áreas que podrían sufrir escasez de agua, al menos un mes al año. Esta cifra podría aumentar entre 4.800 y 5.700 millones de personas en 2050, provocando un “estrés hídrico” entre usuarios y consumidores del agua y, a través, de fronteras políticas.

Un tema crítico que, incluso, ha llegado a calificarse como “la otra pandemia”. Y en Chile los datos no son muy alentadores. Según los expertos, 2020 será un año muy seco y datos de la ONU indican que un 76% de la superficie a nivel nacional se ve afectada por el proceso de desertificación. La escasez de lluvias se ha hecho habitual. En este escenario, a principios de este año, el Ministerio de Agricultura anunció la ampliación de la declaración de zona de emergencia agrícola por escasez hídrica para 24 comunas de la Región Metropolitana. La zona central de Chile está viviendo una de las sequías más importantes de los últimos 60 años, con un déficit de precipitaciones de 70%.

En esta entrevista, Raúl O’Ryan, profesor del Diploma en Adaptación al Cambio Climático de la Facultad de Ingeniería y Ciencias y co-director del Máster en Tecnología y Gestión del Agua, programa desarrollado en conjunto por la Escuela del Agua Chile,  la Universidad Adolfo Ibañez y Universidad Politécnica de Catalunya, nos habla sobre los desafíos para el sector público y privado ante el recrudecimiento de la escasez hídrica y la incertidumbre provocada por el cambio climático.

¿Cuáles son los desafíos de Chile para los próximos años en este escenario de escasez hídrica? 

La sostenida disminución de precipitaciones nos llevará a una creciente competencia por este recurso por parte de los principales actores: agricultura, minería , agua potable, saneamiento, industrias. En este contexto, la escasez hídrica que seguiremos enfrentando en muchas localidades y comunas de Chile plantea, a mi juicio, 4 desafíos. El primero es innovar en el uso de tecnologías de última generación que permitan, entre otras cosas, un uso más eficiente del recurso. Por ejemplo, avanzar en “agricultura inteligente”. Segundo, se debe mejorar la accesibilidad al recurso para los sectores más vunerables de la población, implementar sistemas modernos de saneamiento en particular a nivel rural y habilitar el reuso de aguas grises y negras.  En tercer lugar, es necesario viabilizar nuevas fuentes de agua, incluyendo el reúso de aguas residuales. Y cuarto, para lograr todo lo anterior, es clave mejorar la gobernanza de los recursos hídricos, superando la actual fragmentación institucional y deficiente gestión del recursos y considerando formas de producción más sostenibles y amigables con el medio ambiente. Cabe señalar al respecto que el 44% de las causas de los problemas hídricos se relacionan con una deficiente gestión del recurso.

¿La problemática del agua en Chile pasa más por una falta de acuerdos y/o gobernanza o es sólo producto del cambio climático?

Tanto el cambio climático como la inadecuada gobernanza del recurso inciden en la escasez hídrica, pero la gobernanza es sin duda la que más afecta. El alza en las temperaturas, baja en las precipitaciones y retroceso de glaciares, consecuencia  del cambio climático, afectarán de manera creciente la oferta de agua.  Por otra parte la demanda por agua dulce está aumentando para la agricultura (73% del total de extracciones a nivel nacional), la industria (12%) y minería (9%)  y para el consumo poblacional (6%) . Aún sin que se observen  los peores impactos del cambio climático, tenemos ya una escasez hídrica producto de esta demanda y una sequía prolongada, las que en el contexto de una inadecuada gobernanza del recurso aumentan el estrés hídrico, generando también niveles alarmantes de contaminación. Nuestras instituciones, legislación e instrumentos de gestión ambiental no responden a las necesidades políticas, económicas de derechos humanos y medioambientales actuales.

¿Qué enfoque de políticas públicas deberían adoptarse para mejorar la situación de escasez hídrica?

Lo más importante es que se deben implementar mecanismos para promover la gestión integrada del recurso hídrico en Chile. Para ello, es fundamental incorporar la planificación participativa y la toma de decisiones con una consulta pública completa y la participación de todos los usuarios del agua, así como de la sociedad civil. Se debe lograr un acuerdo amplio respecto de la legitimidad del  marco legal y económico actual del uso de los recursos hídricos. Algunos elementos relevantes a considerar hacia el futuro incluyen:

  • Las políticas de desarrollo sectoriales deben verse en conjunto con la gestión del recurso hídrico. Por ejemplo, el desarrollo de la minería puede ser una oportunidad para mejorar la accesibilidad al agua en zonas rurales y aisladas.
  • Tener mejor información sobre los recursos hídricos es clave: llevar un registro actualizado y transparente de los derechos de agua, información hidrológica de fuentes superficiales y subterráneas, mejor información de mercado entre otros.
  • Mejorar y acelerar el cuidado de los aspectos ambientales. En particular una regulación de la calidad del agua y mayor protección de los ecosistemas acuáticos.
  • Mejorar la capacidad de las estructuras de gestión tradicionales para abordar de manera más integral los problemas de gestión del agua que afectan a toda la cuenca hidrográfica e involucran a múltiples partes interesadas y sectores.
  • Mejorar instancias participativas que reúnan a la sociedad civil, privada y pública.

En este sentido, ¿qué rol juegan las empresas y sectores productivos como forestal, minería y alimentación, por ejemplo?

Las empresas deben adaptarse a la nueva realidad mundial respecto del agua. Las Naciones Unidas han establecido que desde el 2018 estamos en el Decenio Internacional para la Acción «Agua para el Desarrollo Sostenible». De hecho, el acceso al agua potable y el saneamiento es imprescindible para la vida y un derecho humano reconocido. El Decenio tiene por objetivo hacer mayor hincapié en el desarrollo sostenible y la ordenación integrada de los recursos hídricos para lograr los objetivos sociales, económicos y ambientales, con el fin de contribuir al logro de los objetivos y las metas sobre el agua convenidos internacionalmente, incluidos los enunciados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Las empresas juegan un rol clave en el logro de esto. Deben implementar, entre otros, un enfoque de manejo integral del agua y economía circular los que contribuirá de manera decidida a la mejor gestión de los recursos hídricos y a la satisfacción de la necesidad de agua de calidad y accesible.

¿Cómo pueden aportar la ingeniería y las ciencias para ofrecer soluciones a la crisis del agua? 

Las ciencias, el avance tecnológico y la innovación harán un aporte fundamental para asegurar el abastecimiento de agua para nuestra población, para la conservación de los ecosistemas y  biodiversidad y para hacer sustentable la matriz productiva y exportadora de Chile. Para ello, se debe avanzar en programas de I+D+i que permitan la comprensión de los procesos hidrológicos;  I+D+i para la Gestión Integral de los Recursos Hídricos;  I+D+i para la comprensión de la relación agua ecosistema y desarrollo tecnológico para la sostenibilidad de los recursos hídricos.

La ingeniería, por su parte, debe desarrollar las soluciones prácticas y dar respuestas creativas, integrando los conocimientos técnicos relacionados con una producción, tratamiento y uso de aguas sustentables, con una visión estratégica y capacidad de innovación que permita anticiparse a los problemas.

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