Miguel Díaz es alumno del Diplomado Filosofía Política y Ética pero su área laboral va por otro lado: estudió Contabilidad y ha tenido varias especializaciones en finanzas, negocios, liderazgo y coaching,  y hoy actúa como consultor independiente después de una larga carrera internacional. Entonces, ¿por qué decidió tomar este programa?

Curiosidad intelectual es lo primero que se le viene a la mente: “la filosofía me ha interesado desde siempre y no logré profundizar hasta ahora; y luego con la ética que ha sido un tema relevante como parte de mi agenda profesional como líder senior de una organización”, cuenta el estudiante quien agrega que también necesitaba entender mejor que había pasado en Chile en los últimos años, y como habíamos llegado a la situación política y social actual.

“Me pareció que el Diplomado Filosofía Política y Ética de la UAI tenía las características adecuadas para profundizar en estos temas tan relevantes, analizar y discutir las ideas filosóficas detrás de la política y ética, en un ambiente académico sin pasiones ideológicas”, explica el profesional, quien evalúa el diplomado como “excelente tanto por los profesores como por su contenido”.

Temas como Ética de las Virtudes, Utilitarismo, Republicanismo-Liberalismo, Naturalismo-Contractualismo, Derechos Humanos, las fuentes del Mal moral y la Filosofía en Chile,  tienen para Miguel “un inmenso valor”. Para él, “el diplomado muestra una serie de ideas y el peso específico de las mismas, la grandeza de los pensadores, y la influencia que han tenido en la humanidad”.

Es por estas razones que el estudiante de postgrados recomienda este diplomado a quienes estén interesados en el debate de ideas, en mejorar su actuación en el ámbito que se desempeñan y también por satisfacción intelectual. “Debatir sobre los posibles futuros, mejorar el desempeño profesional y satisfacer el intelecto con ayuda experta, es lo que creo se puede encontrar en este programa”, reflexiona.

Además, agrega que en el diplomado ha encontrado la ratificación a una intuición que indica que las ideas mueven al mundo. “No estoy hablando del discurso, estoy hablando de la experiencia, de las verdades que había aprendido desde niño; de valores, de metas, de propósitos, de trascendencia, del mundo que me tocó vivir”. Es por eso que una vez finalizado el diplomado continuará con el Magíster en Filosofía Política y Ética donde está seguro que “lograré encontrar muchos temas importantes para satisfacer mis intereses actuales y futuros”.