Una semana caótica

12 de Marzo 2023 Columnas

“Una vida caóticamente hermosa”. Así resonaba la publicidad de una conocida marca de pañales, refiriéndose a las dificultades, incapacidad de organización y “sorpresas” constantes que depara la existencia cuando se tiene niños pequeños.

Pero ese desorden no es privativo de padres y madres. La semana “D” que vivió el gobierno de Gabriel Boric -precisamente cuando estaba a punto de cumplir su primer aniversario en La Moneda- fue ciertamente perturbadora. Caótica. Pero no precisamente hermosa.

En estos días, Boric tuvo que enfrentar crisis prácticamente todos los días, desde apagar los “incendios” en el Congreso hasta realizar un cambio de gabinete que -hasta última hora- no lograba cuajar. Faltaba prospectiva, análisis político y sobraba improvisación.

#Derrota Tributaria. La culpa de no haber logrado que se aprobara la idea de legislar la reforma con la que el gobierno pretendía financiar gran parte de sus proyectos, fue depositada rápidamente en la ministra de la Segpres, Ana Lya Uriarte, y sobre todo en el titular de Hacienda, Mario Marcel. Y efectivamente la responsabilidad política estaba ahí.

Pero en realidad, se trata de un boomerang que se le devuelve al presidente Boric. Es una muestra más de esta “nueva política”, que instalaron precisamente el mandatario junto a Giorgio Jackson en el Congreso -cuando eran parlamentarios- y a partir de la cual, por ejemplo, tuvieron la misma actitud al rechazar la idea de legislar de un proyecto de modernización tributaria de Sebastián Piñera en 2019. “Eso no es ser obstruccionista, es actuar por convicción”, dijo en ese momento el entonces diputado. ¿Qué cambió ahora, salvo que es él quien se sienta en La Moneda?

Se trata también de una esquirla más de esta política mesiánica, en la que denostan los acuerdos, la “cocina”, esa capacidad de lograr consensos que permiten avanzar, como se hizo precisamente -aunque no les guste- en los últimos 30 años. Además, que el Ejecutivo confíe en los votos de figuras como Pamela Jiles o las diputadas del Partido Ecologista Verde, justo cuando una de ellas había sido gritoneada por el titular de Educación, es de una ingenuidad que no se puede creer. De hecho, la “Abuela” es -a estas alturas- un caso perdido para pedir cualquier respaldo.

Y tampoco entienden que deben negociar con la derecha, ceder espacios y convencer. En su discurso para el cambio de gabinete, Boric aseguró que “vamos a dialogar hasta que duela”. ¿Tanto puede ser el sufrimiento del Ejecutivo si se sienta a conversar con la oposición, sobre todo considerando que el ganado propio no es suficiente?

#Cambio de gabinete. Es otra muestra de estos desordenados días, donde los ministros eran citados y “des” citados a Palacio, a una ceremonia que cambió de horario varias veces y que finalmente fue un bonito maquillaje, pero con poco fondo. Salvo la salida de Antonia Urrejola, que claramente se la había ganado, el resto de las modificaciones tuvieron que ver más con equilibrios políticos -el famoso cuoteo que supuestamente iba a desaparecer- que con una intención real de modificar el rumbo. Así, se mantuvo al “amigo” Jackson en Desarrollo, pese a que en encuestas ha aparecido como el peor evaluado del equipo. Y también a Marco Antonio Ávila, que además de gritarle a una diputada, ha pasado sin pena ni gloria todo este primer año sin grandes proyectos y con un “low perfil” que no beneficia a una de las carteras más sensibles del gobierno.

Además, Boric instala en Cultura a un exdirector de TV, músico, productor y empresario, muy reconocido por su trabajo en contra de la dictadura y en la campaña del “No”, pero también fuertemente cuestionado por haber dirigido Chilevisión cuando realizaron el chantaje televisivo que se le hizo al juez Daniel Calvo, en pleno caso Spiniak (obligándolo a salir del clóset ante todo Chile, incluida su esposa e hijos). Ese “tejado de vidrio” puede pasarle más de una cuenta.

#Semana de la mujer. La ceremonia encabezada por Gabriel Boric en La Moneda para conmemorar el 8M tuvo una gran puesta en escena, acompañada de anuncios relevantes en la lucha por la igualdad de género. Pero la alegría duró poco. Con la caída de la reforma tributaria, los cuestionamientos respecto de cómo se financiarán estas medidas resonaron más que los proyectos en sí.

Finalmente, en este primer aniversario parece ser que al presidente “se le apareció marzo”, como rezaba otra conocida publicidad. Lo bueno es que intenta instalar la idea de que este segundo aire será refundacional para su gobierno. ¿Habrá realmente un cambio? Eso está por verse.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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