San Martín y O´Higgins, historia de un abrazo

10 de Abril 2023 CEA Columnas

Hace 205 años, los generales Bernardo O´Higgins y José de San Martín se dieron el abrazo que sellaba la independencia de Chile y Argentina. Así por lo menos figuró en las efemérides sobre esta fecha y en la mayoría de los libros de historia. Sin embargo, detrás de ese gesto hay una historia menos conocida y bastante más compleja de lo que se presenta en los libros.

El problema es que la historia nacionalista ha penetrado en nuestro ser, a tal punto que nos resulta difícil imaginar que, antes de 1818, no existiera Chile o Argentina, por lo menos, tal como lo conocemos ahora.

Quizás el ejemplo más ilustrativo sea el de nuestros mismos vecinos. Muy campeones del mundo serán, pero, hasta 1826, es decir, ocho años después del famoso abrazo, el nombre con el que aún se los identificaba era el de Provincias Unidas del Río de la Plata.

Menciono esto a propósito de un polémico tweet que publicó la cancillería argentina celebrando el 18 de septiembre chileno como una gesta conseguida por José de San Martín. En cierta forma, lo que se señalaba ahí era cierto. No habría habido independencia, en 1818, de no haber sido por San Martín y, de seguro, tendrían que haber pasado otros años antes de que esta ocurriera.

No obstante, el libertador no era, por decirlo de alguna forma, un argentino hecho y derecho. San Martín nació en Yapeyú, que está en el límite entre Paraguay y Uruguay. Para explicarlo en fácil, si el 24 de febrero de 1778, un día antes de su nacimiento, doña Gregoria Matorras cruzaba el río Uruguay, San Martín habría sido charrúa. Si doña Gregoria tomaba un caballo rumbo al norte, podría haber sido paraguayo, pero la verdad es que, para la época, daba lo mismo.

Es más, José de San Martín, a los seis años, partió con su familia a España producto de las obligaciones de su padre, que era funcionario real. En el antiguo continente, San Martín estuvo hasta los 34 años. Estudió y se formó como militar en Europa. Incluso defendió al rey de la invasión napoleónica y recién en 1812, regresó a Buenos Aires.

De acuerdo con estos antecedentes, si queremos definir de alguna manera su nacionalidad, tendríamos que decir que San Martín era, antes que todo, americano. Dentro de esa cosmovisión, su proyecto de independencia solo resultaba factible en la mirada general que incluía a las Provincias Unidas, Chile, Perú y el Alto Perú (que después se llamaría Bolivia).

Fue esta convicción la que lo llevó a formar un ejército en Mendoza, alejado de la élite bonaerense que lo miraba con recelo por sus orígenes y que enfrentaba los problemas entre las provincias y la capital. Al lado de la cordillera de Los Andes, José de San Martín tuvo la oportunidad de conocer a José Miguel Carrera y a Bernardo O´Higgins, que habían escapado de Chile después del desastre de Rancagua. Mientras el primero lo veía como un par, el chillanejo, en cambio, estuvo dispuesto a aceptar la superioridad militar de San Martín y subordinar el proyecto particular de Chile a una mirada estratégica más amplia.

A partir de estos antecedentes, San Martín descartó a Carrera y optó por O´Higgins como el hombre que lo podía ayudar a ejecutar su plan continental para sacar de forma definitiva a la corona española del Cono Sur. No se equivocó en la apuesta, la unión de ambos generales permitió formar una fuerza que se selló en el abrazo el éxito de su campaña.

No obstante, tendrían que pasar varios años para la independencia definitiva de Chile. No está demás recordar que Valdivia lo hizo recién en 1820 y Chiloé, en 1826.

La historia de ambos héroes, en tanto, correría por caminos distintos, pero similares. Ambos fallecerían alejados de las tierras por las que estuvieron dispuestos a dar la vida. O´Higgins falleció en Perú en 1842 y San Martín lo hizo ocho años más tarde en Francia. ¿Por qué? Eso ya es parte de otra historia.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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