Liceos emblemáticos en picada

24 de Enero 2023 Columnas

Al observar los resultados de la nueva prueba de selección universitaria PAES, es lamentable confirmar que, dentro de los 100 colegios nacionales con mejores puntajes promedio en las pruebas de Comprensión Lectora y Matemáticas, aparecen tan solo tres colegios municipales: uno de Santiago, otro de Buin y uno de Temuco.

Tomando como ejemplo el Instituto Nacional, el liceo más emblemático de Chile, la declinación de la calidad de su educación, medida a través de los puntajes en las pruebas de selección universitaria, es notoria. En el proceso 2015, el 71% de los alumnos de ese establecimiento que rendían las pruebas entraba en el 10% más alto de resultados a nivel nacional. Desde entonces, ese porcentaje ha ido declinando sostenidamente, hasta llegar al proceso 2023, donde solo el 34% de los alumnos entró en el 10% de mejor rendimiento.

Otra institución emblemática de Santiago, el Liceo Carmela Carvajal, muestra el mismo comportamiento: el porcentaje de alumnas que han rendido las pruebas y que han obtenido resultados de excelencia ha ido bajando sostenidamente. En el proceso 2015, un 69% de las alumnas estaba en el percentil más alto; en el proceso 2023, tan solo el 24% logra el mismo resultado. Esto no ha tenido como contrapartida un aumento o una mantención de la proporción de alumnos de la educación estatal de alto desempeño, como llegó a insinuarse en su momento, acudiendo al llamado efecto par, efecto que no ha sido comprobado. La proporción de alumnos provenientes de la educación estatal en el 10% de mejor desempeño cayó de un 4,9% en 2015 a un 4,1% en el actual proceso de admisión. Es decir, el deterioro sufrido por los liceos emblemáticos no logró ser sustituido por una mejora general del sistema público.

Este deterioro podría estar influenciado por distintos factores, pero, ciertamente, para los padres, encargados de los alumnos o cualquiera que examine dichos datos constituye una evidente señal de la disminución de la calidad de la educación impartida en esos establecimientos.

Son múltiples los acontecimientos sociales y políticos acontecidos en el país desde 2015 que pueden haber impactado al sistema de educación pública. No puede dejarse de mencionar la crisis sanitaria que generó la pandemia de covid-19 a nivel mundial. Su impacto se verá aún por varios años, especialmente en las notas que paradójicamente subieron durante dicho período, como parte de las deficiencias inherentes a las clases on line que vivieron miles de alumnos en Chile y en otros países.

Esta cruda realidad lleva a reflexionar respecto de aquellas iniciativas que fueron diseñadas para rescatar la educación pública, que han consumido importantes recursos fiscales y que, según puede constatarse, han tenido bajo o nulo impacto e, incluso, han defraudado su objetivo primario. Por ejemplo, es inevitable plantear cuestionamientos a la Ley de Inclusión Escolar (N° 20.845). Esta normativa, promulgada en mayo de 2015, implicó el fin de la selección por mérito académico, procedimiento que les entregaba a alumnos con recursos escasos, pero con una fuerte motivación por los estudios, una oportunidad educativa única. El término de este mecanismo ha tenido un claro impacto negativo.

Sin embargo, el cuestionamiento al valor y aporte de estos liceos comenzó desde antes, con muy poco sustento empírico. La instalación de esta duda ha generado una dinámica muy negativa en esos planteles. Ella podría haberse anticipado y resuelto al interior de las propias comunidades escolares, pero no hubo voluntad para hacerlo. Las consecuencias han sido muy dañinas, sin que, además, se hayan planteado alternativas reales que reemplazasen a estos liceos y sirviesen de inspiración a la educación pública en general. Quizás los liceos Bicentenario, muchos de los cuales presentan buenos resultados, han cumplido un papel al respecto. Sin embargo, al no poseer la tradición de los emblemáticos, su influencia ha sido más bien parcial.

Mientras tanto, y en línea con la involución de estos dos liceos, la educación pública parece seguir retrocediendo sin un rumbo definido. Al mismo tiempo, crecen las posibilidades de que las brechas que los separan de los colegios particulares sigan aumentando en el futuro.

Publicada en El Mercurio.

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