Las presencias de David Lynch, una ventana a las profundidades del sonido

12 de Julio 2017 Columnas

Si hay algo que deja muy en claro la nueva temporada de la magnífica serie Twin Peaks es que el mundo sonoro del director norteamericano David Lynch es tan fascinante como su mundo visual. “Grabar ventiladores de aireación en el interior mismo de los conductos… después ralentizar las grabaciones remezclando los bajos” fue la manera en que el director norteamericano llegó a esos raros y profundos sonidos, a esas “presencias” como él las llama, que deambulan y sorprenden en sus trabajos. Estas experimentaciones hechas junto a Alan Splet, ingeniero en sonido ciego con quien construyó buena parte de los aparatos con los que se sonorizó Cabeza Borradora, así como su trabajo codo a codo (y de inspiración mutua) con el compositor Angelo Badalamenti para Mulholland Drive, The Straight Story, Lost Highway y, por supuesto, Twin Peaks, son una prueba más que contundente de la enorme creatividad e inspiración que mueve a este director en materia sonora.

En esta nueva temporada de la serie, el control en el diseño sonoro es absoluto, pues es el propio Lynch quien aparece en los créditos como la persona a cargo. Del mismo modo en que minuciosamente es él quien elige las canciones que hacen parte de cada capítulo, como por ejemplo la aparición de Nine Inch Nails interpretando “She´s gona away” (2016). Música, sonidos y ruidos se entrecruzan en extraños paisajes y ambientes a través de los cuales Lynch nos muestra una ventana a otra dimensión, aún más indecifrable que las de habitaciones rojas, subterráneos oscuros o extrañas cajas transparentes por las que se asoman seres que no terminamos de asimilar. Son nuevamente estas “presencias” de Lynch las que nos llevan a las profundidades del sonido y nos dejan asombrados, con la sospecha de que todo en Twin Peaks es aún más misterioso de lo que parece, de lo que se nos muestra, de lo que pretendemos entender.

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