Hoy somos la primera línea, ojalá no la última

23 de Abril 2021 Columnas

Y pasó otro año, otra celebración del Día Internacional de la Tierra, tradición iniciada desde 1970 para hacernos conscientes de las conexiones entre nosotros y nuestro ecosistemas. Sin embargo, estos últimos 12 meses son particularmente especiales. Por primera vez desde la II Guerra Mundial, la humanidad ha tenido que coordinarse con decisión para enfrentar a un potente e invisible enemigo microscópico.

En un esfuerzo titánico y global, cientos de gobiernos, empresas, centros de salud e investigación, universidades y comunidades enteras han desplegado todas sus capacidades, no sin falta de dificultades, para lograr en menos de 12 meses lo que parecía imposible: desarrollar vacunas, tratamientos y estrategias de control, algunas mejores que otras por supuesto, demostrando que somos capaces de reaccionar rápido cuando la sobrevivencia de la especie lo requiere, y seguimos trabajando con fuerza para salir de esta crisis. Sin embargo, hay otra crisis de mayor peligro en curso, quizás más lentamente de lo que somos capaces de percibir como urgente: el cambio climático. ¿Qué nos impide tomar la misma cooperación, determinación y generosidad para abordarlo con decisión?

Sabemos que el cambio climático es una realidad. Amplia evidencia así lo demuestra: basta solo con mirar la crisis hídrica en la que estamos sumidos, y para quienes no quieren o pueden salir de sus casas, pueden aprovechar el encierro para mirar el sinnúmero de documentales y testimonios de nuestros efectos sobre la faz de la Tierra. Tecnológicamente, nuestra capacidad y creatividad nos permite hoy enviar helicópteros a Marte, volando por primera vez en la atmósfera marciana, increíble logro considerando además que la presión sobre la superficie es del 1% de la presente en la Tierra.

Constelaciones de satélites circulan diariamente alrededor de nuestro planeta, tomando imágenes en distintas longitudes de onda para entender distintos fenómenos terrestres, generando registros que podemos ahora ver como videos, en plataformas como Google Earth, o con mayor detalle en estructuras de datos abiertos como las provistas por el Open Data Cube, proyecto desarrollado en Chile por la fundación Data Observatory, en conjunto con CSIRO, Amazon Web Services y la Universidad Adolfo Ibáñez. También hemos avanzado en descarbonizar nuestro balance de generación y consumo de energía, superando como país nuestra meta del 20% en generación de ENRC durante 2020. Pero necesitamos acelerar el tranco con determinación.

Todos los logros anteriores son fruto de equipos interdisciplinarios abocados a entender y hacer confluir distintas miradas para abordar la complejidad de los desafíos que tenemos hoy. Sin embargo, todo lo anterior no sirve de nada sin el apoyo de nuestros líderes. Necesitamos tomadores de decisiones y legisladores con altura de miras que dejen de lado sus diferencias, y asuman su rol. Como sociedad, debemos asumir la responsabilidad de educar para la sostenibilidad no solo para reciclar, reusar y reducir, si no para respetar y vivir en armonía con nuestro entorno, nuestra comunidad. Requerimos mujeres y hombres que contribuyan a este propósito. Para aquellos que tenemos hijos, ¿cuál será nuestro legado? Debemos hacernos responsables y asumir con valentía y creatividad, generosidad y disciplina nuestra posición como especie “dominante”. La verdad es que el planeta ha sufrido mayores embates y por lo tanto nuestra existencia no es determinante para él, sino para nosotros mismos. Hoy somos la primera línea, ojalá no la última.

Publicado por La Tercera.

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