Como era de esperarse, este primer discurso ante el Congreso pleno del Presidente Gabriel Boric, se concentró en plantear los lineamientos y compromisos esenciales que marcarán su gestión.
Aun cuando su luna de miel ha sido la más corta desde el regreso de la democracia, lo cierto es que precisamente la generación de una hoja de ruta era lo quese necesitaba, de manera de disminuir la incertidumbre de un gobierno que recién se instala y que se superpone con el trabajo por una nueva Constitución. El discurso de Boric fue extenso, pero no una “lista de supermercado”, sino que estuvo matizado constantemente con apelaciones a retomar la esperanza. Así, llamó a reflexionar, “a no ver al otro como un enemigo al que aniquilar” e invitó a confiar, concepto esquivo para los últimos gobiernos. Dentro de esos matices, se enfocó en las grandes necesidades-país, pero también en conceptos como diversidad, igualdad y respeto. Y en esta materia, volvió sobre los derechos humanos, haciendo alusión al medio siglo del golpe militar, que se conmemora en 2023. En los últimos 14 años, desde que asumió Michelle Bacheletla Presidencia, el concepto de DD.HH. Ha ido perdiendo terreno. El olvido ha llegado rápido para una sociedad que vivió una dictadura larga y en la que murieron o desaparecieron más de tres mil personas, todavía con muchas víctimas cuyo paradero se desconoce. La última gran apuesta del Estado por buscar la verdad fue la denominada comisión Valech Il. Luego de eso el tema pasó sin pena ni gloria hasta el estallido social, donde comenzó a hablarse de derechos fundamentales nuevamente, pero desde una arista distinta. En el discurso de ayer, Boric anunció un nuevo plan de búsqueda de desaparecidos, haciendo un importante reconocimiento a las familias que aún no logran ni verdad ni mucho menos justicia.
Fue, además, capaz de unir el pasado con el presente de su generación, dando pie a la creación de una “Mesa de Reparación Integral” para las víctimas de la revuelta social, la que coordinará la senadora Fabiola Campillai. Y fue capaz hacer un llamado transversal por la justicia, tanto por la periodista Francisca Sandoval como por el trabajador de la Araucanía, Segundo Catril, y el detective Luis Morales.
En esta primera y extensa Cuenta Pública, Boric también hizo un mea culpa y, en buen chileno, se “bajó del pony”, dejando atrás la soberbia refundacional que ha caracterizado a sus congéneres: “En los últimos años, todos hemos estado tentados en algún momento a seguir este camino, cediendo a la presión de las redes sociales, al populismo oa la arrogancia de reinventar todo”, dijo.
Se trató de un discurso esperanzador, de un Boric que retomó simbólicamente la épica que en un árbol en Punta Arenas, pero con una profunda apelación a la confianza que nuevamente va a ser puesta a prueba, aunque ya no quede mucha paciencia.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.