El día después de mañana

6 de Noviembre 2022 Columnas

La elección de una nueva mesa de la Cámara de Diputadas y Diputados va camino a convertirse en otro hito del deterioro político generado en el oficialismo por el triunfo del Rechazo. La decisión del PDG y la DC de no validar el acuerdo administrativo suscrito en marzo, representa algo más que una simple distancia y desafección entre las fuerzas participantes; en rigor, viene a confirmar también la envergadura de la pérdida de poder de Apruebo Dignidad en el nuevo escenario. Cuando el PC se ve obligado a hacer un público reconocimiento de que hoy no existen las condiciones políticas para mantener dicho acuerdo, y opta por bajar la candidatura a la presidencia de la Cámara de la diputada Karol Cariola, está dando cuenta de un cambio profundo en la correlación de fuerzas que dicho partido logró imponer a partir del estallido social.

Mañana lunes, cuando se produzca la votación, tendremos una fotografía nítida de un conjunto de movimientos subterráneos, síntoma del divorcio de un sector importante de la centroizquierda con la hegemonía política y cultural construida por el PC y el FA en los últimos años. La fractura en la DC, la irrupción de Amarillos y del partido Demócratas, y el riesgo de un eventual acuerdo administrativo en la Cámara entre la derecha, el PDG y la propia DC, solo vendrían a confirmar un nuevo peldaño en el reacomodo de las piezas. Es cierto que el oficialismo aún tiene posibilidades de mantener el control de la corporación, pero, en más de un aspecto, los acercamientos ya observados ilustran de manera elocuente el impacto del 4/S, del deterioro del gobierno, y las lógicas que desde el tránsito de un segmento de la centroizquierda al campo del Rechazo se han puesto en movimiento.

En lo inmediato, no solo el PC ha quedado expuesto en su mayor debilidad; también el recién asumido equipo político de La Moneda tiene aquí una prueba decisiva sobre sus capacidades de ordenamiento y conducción. Del mismo modo, el alineamiento de la bancada DC en el contexto de su fractura interna y a días de la junta nacional, el rol que juegue el PDG y, por último, las habilidades que muestre o no la derecha para capitalizar los efectos de este nuevo momento, serán factores claves en la configuración del escenario que se abrirá a partir de esta votación.

De confirmarse entonces la derrota del oficialismo en la mesa de la Cámara, de derivar ello además en un reordenamiento de fuerzas en las comisiones, el gobierno agregará otra dificultad sustantiva a la ya compleja tramitación de sus proyectos. Un Ejecutivo que tempranamente empezó a mostrar altos niveles de desaprobación, con un agudo deterioro de la economía a cuestas, tendrá ahora también el desafío de impedir que su base política se enfile hacia una mayor desarticulación, secuela de un proyecto histórico que, luego del amplio triunfo del Rechazo en el plebiscito de salida, sigue sin dar consigo mismo.

Publicada en La Tercera.

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