Alimentando el sueño

5 de Junio 2022 Columnas

Parece extraño que el gobierno siga “en modo” campaña; haciendo ofertas que solo podrían materializarse en el mediano o largo plazo, y para las cuales no tiene hoy los recursos asegurados. Se confía en una nueva reforma tributaria, de cuya capacidad recaudadora los especialistas de todos los sectores son más bien cautos. No importa; en su primer mensaje presidencial Gabriel Boric volvió a reiterar sus propuestas más arriesgadas, desde la condonación del CAE al pago de “la deuda histórica” a los profesores; del tren Santiago-Valparaíso a un nuevo sistema previsional, entre otras cosas.

Iniciativas cuantiosas que se reiteran en un contexto económico interno y mundial que más bien debiera llamar a la cautela, a moderar los compromisos y preparar a la población para tiempo difíciles. Porque todas las proyecciones coinciden en que este año y el próximo -al menos- estarán marcados por elevados niveles de inflación y bajo crecimiento, altas tasas de interés y débil inversión. Además, con restricciones fiscales importantes, más todavía si el ministro de Hacienda quiere cumplir con el marco definido por la actual ley de presupuesto.

Pero el Presidente Boric está “en otra”, sigue insuflando expectativas sin importar que los tiempos por venir sean procelosos. ¿Cuál es la razón de esta aparente locura? ¿Ingenuidad, desconocimiento, falta de experiencia política o todas las anteriores? Nada de eso, la causa de este desvarío es otra: para el gobierno la prioridad hoy no está puesta en el mediano o en el largo plazo, sino en lo que ocurrirá en exactamente tres meses más. Que la opción Apruebo gane el plebiscito es clave para la actual administración, hasta el punto de estar dispuesta a correr el riesgo de seguir alimentando esperanzas, cuando todo apunta a que durante un tiempo no breve sectores importantes de la población vivirán un inevitable deterioro en su calidad de vida.

La jugada de La Moneda es, entonces, correr los riesgos que sean necesarios para ganar, porque la posibilidad de que termine imponiéndose el Rechazo, aunque todavía baja, ha empezado a asomarse en el horizonte. Y ese escenario no solo desfondaría la agenda de cambios del gobierno, sino que sería la derrota total del giro histórico que la izquierda logró imponerle al país a partir del estallido social. En rigor, lo que se juega en el éxito o fracaso del actual proceso constituyente es tan trascendental para el oficialismo, que vale la pena exponer el capital político y seguir elevando la apuesta. Luego, de ganar el Apruebo, quedarán todavía más de tres años para ir ajustando las expectativas a las duras realidades que vienen por delante.

Por ahora, lo único importante es lo que ocurrirá en doce domingos más. El umbral que concentra el conjunto de los sueños, de las fantasías y esperanzas de un sector político que carga con enormes frustraciones a cuestas. Una historia de derrotas y victorias a medias, a la que le cayó del cielo la posibilidad de ser redimida.

Publicado La Tercera.

Contenido relacionado

Redes Sociales

Instagram