El pasado 28 de abril, el pleno de la Convención Constitucional aprobó un artículo que abre la puerta al voto –voluntario– para los mayores de dieciséis y menores de dieciocho años. De acuerdo a estimaciones del INE, habría alrededor de 485.000 potenciales votantes dentro de este rango etario. Para indagar en qué piensan estos potenciales votantes, y qué impactos podría tener su incorporación al electorado, miraremos datos de la encuesta realizada en el marco del estudio “Flujos de curatoría informativa en adolescentes” llevado a cabo por académicos de la Escuela de Comunicaciones y Periodismo de la UAI y financiado por ANID. Esta encuesta se aplicó a 2.684 adolescentes de primero, segundo y tercero medio, provenientes de colegios seleccionados al azar en las regiones Metropolitana y Valparaíso, durante el primer semestre de 2021. De esta muestra, nos enfocamos en los 1.019 adolescentes que tienen dieciséis años o más.
¿Cuánto interés en ser parte de los procesos electorales podemos esperar de este grupo? Solo 21% declara tener mucho interés en la política. Pese a este bajo interés, 39% reporta haber marchado después del estallido social, y 37% ha expresado opiniones sobre temas públicos en redes sociales. Los temas que generan mayor interés en este grupo, y que podrían guiar su participación y preferencias políticas, son el abuso contra las mujeres (70% mucho interés), la desigualdad social (60%) y la crisis económica y el desempleo (55%).
En cuanto a su orientación política, estos jóvenes siguen la tendencia identificada en adultos de concentrarse en el centro: 49% se identifica con el centro político. Le sigue la identificación con la izquierda, con un 30% optando por ese polo. Esto es mayor que, por ejemplo, el 25% de jóvenes entre 18 y 29 años que se identifica con la izquierda según datos del Comparative National Elections Project (CNEP), que en Chile realizaron LEAS-UAI y Feedback, después de la primera vuelta de 2021.
¿Qué impactos podría tener su incorporación al electorado? Dependería de su propensión a votar: 40% de los adolescentes dice que es muy probable que vote cuando pueda hacerlo, sumado a un 23% que dice que es bastante probable. En esa perspectiva, la izquierda parece, en principio, más favorecida que la derecha por la incorporación de estos votantes. Sin embargo, la existencia de sobre-reporte de la propensión a votar declarada en encuestas sumado a la extendida desconfianza hacia partidos políticos, el Gobierno y el Congreso –de la misma magnitud que en adultos– atenúa esa conclusión. Si bien hay un gran grupo al centro que podría inclinarse hacia uno u otro lado, los actores políticos que quieran convencer a los adolescentes tendrán que lidiar con estos desafíos para llevarlos a las urnas.
*Coescrita junto a la investigadora Valentina Salvatirra.
Publicada en La Segunda.