La evidencia internacional sugiere que la violencia en el barrio es perjudicial para los niños y niñas, aunque hasta ahora los estudios al respecto provienen de países con altos niveles de violencia.
Un estudio realizado en Chile permitió estimar por primera vez los impactos en el desarrollo que el cierre de jardines y prescolares tuvo en los niños.
"Las pérdidas de desarrollo en lenguaje atribuidas a los cierres de centros infantiles equivalen a restar 5 años de la educación de la madre de un niño".