Adela Cortina inauguró VII Coloquio de la red internacional de Ética del Discurso en UAI Viña

El campus Viña del Mar fue sede del XIII Coloquio Latinoamericano y VII Coloquio de la red internacional de Ética del Discurso. Es primera vez que esta actividad se realiza en Chile y la UAI fue la anfitriona de esta versión 2018, que se realizó entre el 17 y el 19 de octubre.

El objetivo de estos encuentros es “estudiar el pensamiento de los filósofos y fundadores de la ética del discurso Apel y Habermas. Pensar y proponer soluciones a los problemas éticos y políticos contemporáneos, a partir de la ética del discurso. Luego del encuentro se publica un libro que recoge los trabajos que fueron presentados”, explicó el profesor del Departamento de Filosofía de la Facultad de Artes Liberales, José Luis Widow, quien estuvo a cargo de la organización del coloquio.

La destacada doctora en Filosofía y académica de la Universidad de Valencia (España), Adela Cortina, fue la encargada de inaugurar la actividad con la conferencia titulada “Ética y Política. Desafíos del siglo XXI”, tema central de este encuentro 2018.

¿Declive de la democracia?

Al iniciar su conferencia inaugural, la filósofa española planteó la siguiente pregunta: ¿La democracia está en declive?, explicando que en la actualidad “el problema está en cómo hacer sostenible la democracia y qué tipo de democracia queremos, porque el principal problema es que la democracia está deteriorándose enormemente y estamos en tiempos de recesión democrática”.

Con más de 40 libros publicados, Cortina centró su exposición en el análisis y reflexión en torno a cuál debería ser el régimen político más perfecto. Destacó que hasta mediados del siglo XX se llegó a un consenso en que la democracia era el mejor régimen posible. Luego, en los años ´70, se habló de la tercera ola de democratización y se fue extendiendo la democracia, empezando por los países del sur de Europa.

Sin embargo, después de este periodo -explica la autora española- se produce una recesión democrática por tres razones principalmente. Entre ellas, porque se produce un congelamiento del número de nuevas democracias y no hay nuevas países que quieran acceder a la democracia; además disminuye la calidad de la democracia, lo que da lugar a nuevas formas de autoritarismo y, finalmente, porque los países democráticos pierden calidad democrática.

Ante esto, la académica de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, explicó que existe una contradicción y es que “nadie propone una alternativa clara a la democracia. Algunos autores dicen que lo que pasa es que no hay una disputa entre la democracia y otros tipos de regímenes, sino que entre las democracias mismas”.

Erradicar la pobreza: un desafío para la democracia

Si bien existen varios modelos de democracia, la filósofa y miembro de la Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas propone tres modelos ideales: Democracia Agregativa, Democracia Emotiva y Democracia Deliberativa o Comunicativa.

La primera dice relación con la agregación de intereses, que no conforma la voluntad del pueblo, sino la de todos. “Cada ciudadano tiene distintos intereses, pero la idea es sumar estos intereses de los individuos y se sigue lo que decida la mayoría de los individuos”, afirma.

La segunda propuesta es un verdadero riesgo según la académica, porque se basa en la manipulación de las emociones de los electores, donde hay una enorme polarización basada en elementos binarios, de buenos y malos. “Muchos se preguntaron cuando ganó Trump, ¿por qué ha ganado?, ¿por qué hay campañas que tienen éxito? Creo que triunfan porque como dicen algunos autores, desgraciadamente hay un conjunto de valores que son por ejemplo la seguridad, ecologismo, etc y la gente busca esto porque tienen miedo y están dispuestos a perder esos valores para quedarse con algo muy simple”.

Finalmente, la democracia deliberativa o comunicativa donde se busca llegar a una voluntad común, poniéndose de acuerdo en los mínimos de justicia. “Una cosa son las propuestas de felicidad y vida buena y, otras, las cuestiones de justicia, que es la virtud fundamental de la ciudad y los ciudadanos, por eso es fundamental ponerse de acuerdo en uno de los mínimos, que para la época que vivimos no es tan difícil de acordar”.

En opinión de la filósofa española una auténtica democracia debería ser esta última, una democracia liberal social. “Es fundamental tener en cuenta unos elementos mínimos en cada uno de los países y una de las grandes batallas del siglo XXI debe ser erradicar la pobreza y reducir enormemente las desigualdades”.

A partir de este desafío de erradicar la pobreza y, a la vez, una realidad latente de rechazo al pobre es que surge el concepto de “Aporofobia”. Neologismo acuñado por la académica hace casi unos 20 años atrás y que fue incorporado por la Real Academia de la Lengua (Rae), a su diccionario, el año 2017.

“Esta es una palabra con capacidad para transformar la realidad. El siglo XXI es un siglo que tiene que acabar con la aporofobia, porque creo que las democracias no solo tienen que ser liberales sino que también sociales”, afirmó.

Al finalizar, destacó que una democracia, en el pleno sentido de la palabra, debería erradicar la pobreza y reducir las desigualdades existentes. Esto, a través de la deliberación en los distintos niveles de decisiones. “Se trataría de deliberar para lograr la aceptabilidad, que es la palabra clave, que las leyes sean aceptables. Hay que deliberar y dialogar con otros, una persona en solitario no puede decidir qué es lo justo. Una democracia deliberativa sería una democracia muy adecuada”, aseveró.

En el encuentro participaron académicos y expertos, en su mayoría del área de la filosofía, provenientes de Argentina, Alemania, España, Austria, Italia, Brasil y Chile. Por parte de la UAI, expuso el profesor de la Escuela de Gobierno, Daniel Loewe, sobre “Eugenesia y la autocomprensión de la especie”.

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