Yerka es la primera bicicleta antirrobos del mundo. Su funcionamiento es sencillo: el marco se desarma y el asiento se transforma en el candado, que se cierra con una llave única, por lo que si un ladrón intenta quedarse con ella, deberá primero romper el marco, lo que dejaría a la bicicleta inutilizable, al igual que las ruedas que tienen tuercas de seguridad.
Pero Yerka no se trata solo de esta tecnología – que ya ha sido patentada a nivel mundial. Su diseño la ha convertido en objeto de deseo de muchos, ya sea en Chile o en el extranjero.
Andrés Roi y Juan José Montalve, dos de sus socios fundadores – junto a Cristóbal Cabello- visitaron su alma mater, la Universidad Adolfo Ibáñez, para profundizar sobre la construcción de su marca junto a alumnos del Magíster de Marketing de la Escuela de Negocios, invitados por el profesor Luciano Castellucci.
Nace una idea
Fue en Taller de Diseño de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la UAI donde se gestó el proyecto. Ahí, el profesor instó a sus alumnos a resolver un problema de medio de transporte. Andrés, Juan José y Cristóbal había sido ciclistas toda su vida, además de fanáticos de la tecnología. “Queríamos resolver uno de los problemas más graves de los ciclistas que es la seguridad en la ciudad. Desarrollamos un primer prototipo, el profesor por suerte lo entendió, aprobamos el ramo y partió la aventura de transformar una idea en un verdadero negocio y cómo llevarlo a todo el mundo,” contó Andrés.
Lo siguiente fue hacer una campaña de financiamiento colectivo que funcionó bastante bien. “Este producto lo hicimos a baja escala en la UAI, luego fuimos a China y encontramos una fábrica y empezamos distribuir en 24 países, volvimos a Chile y empezamos a consolidar la marca desde acá,” continúo Andrés.
¿Qué es para ustedes una marca? Les preguntó el profesor Luciano Castellucci. “Básicamente una combinación de actividades que realiza una empresa -incluido productos que enganchan a sus clientes- y los convencen no solo de comprar sino que de ser seguidores de la empresa,” explicaron, agregando que cuidan de la marca Yerka “preocupándonos de su consistencia y del mensaje que comunicamos. Hacemos mucho marketing digital, trabajamos con las redes sociales, en google, Facebook e Instagram, hacemos contenido audiovisual de alta calidad y también contamos con influenciadores. ” Pero ambos creen además, que no solo hay que preocuparse de una buena comunicación, sino que hay que estar muy atentos a la postventa. “Los clientes tienen un ciclo de relación con la marca, una vez que compran empiezan a vivir la experiencia Yerka y esa debe ser muy satisfactoria. Debe sobrepasar las expectativas, lo que es muy importante en marketing, porque de esa manera los clientes te van a recomendar.”
El propósito de Yerka
Recientemente la compañía buscó, encontró y definió su propósito, porque quieren inspirar a las personas a generar un cambio en sus vidas. “Nuestro propósito es mantener a las personas en movimiento para que continúen siendo humanas.” Con esto buscan por ejemplo, combatir el sedentarismo. Moverse genera reacciones químicas que hacen pensar y meditar, explican.
Contaron también sobre el nombre que le pusieron a su bicicleta, que nació de manera casual, cuando un compañero se los propuso. “El hecho que no se asocie a nada que haya existido antes fue muy bueno, porque permitió que a las personas le quede grabado el nombre.”
¿Cuál fue el error más grave que cometieron y qué aprendieron de él? Les preguntó ya cerrando la conversación el profesor Castellucci. “El más importante en marketing fue no haber estudiado bien al cliente antes de lanzar el producto. Hay que lanzar un prototipo mínimo viable y testear el feedback de unos pocos clientes, adaptarse a ellos, saber cuál va a ser tu target principal, hacer investigación del mercado, entender los problemas del cliente, conocer tu competencia y recién ahí lanzar el producto.”