Pocos periodistas pueden presumir de haber vivido su profesión tan intensamente como Patricia Stambuk, quien ha pasado por decenas de medios de comunicación a lo largo de su vida: de la radio, a la televisión; de las investigaciones, a las crónicas; de la academia, al terreno. Sin embargo, la verdadera pasión de esta polivalente magallánica son los libros que —dice—  “son periodismo puro”.

Con tan sólo 25 años había decidido volcarse a la tinta, pero ¿cómo entrar a un mundo tan cerrado y hostil con las mujeres, como lo eran las editoriales de los setenta? No importó, Stambuk decidió hacerlo por la puerta grande: la primera biografía oficial de Violeta Parra.

De allí se alzaría hasta “la entrevista más importante de mi vida”: Lakutaia le kipa, el relato de Rosa Yagán, “el último eslabón de un pueblo perdido”. Cuando la conoció pensó en “no podía perderse esta historia. A veces nos pasa hasta con las madres: se pierde y olvida la historia familiar”.

Stambuk está entregada, precisamente, al rescate de esas vivencias invisibilizadas por “un país donde lo que más tenemos son etnias no reconocidas, pero las allí están”. La escritora además denuncia que, contrario a lo que predica el buen periodismo, los relatos de nuestros pueblos originarios siempre han sido narrados desde el “desde el escritorio del erudito”, cuando en realidad, “tenemos que ir a las fuentes y escuchar”.

La falta de investigación en estas materias, para la galardonada con el Premio Nacional de Periodismo 2023, “no se limita a un tema educacional. Los medios también tenemos responsabilidad en las agendas que se colocan. Por ejemplo, en política todo está marcado por la coyuntura: lo que le dijo este al otro… no nos deja ninguna sustancia”.

Otra de las banderas de Stambuk es la prensa regional, hoy “invadida por medios capitalinos, para quienes sólo existe Santiago; sólo se acuerdan de nosotros cuando tenemos grandes desastres o cuando hay algún acto pintoresco”. Y continúa, “veo tan pocos medios regionales y cada vez más jibarizados, con menos circulación. Necesitamos mirarnos, no en la capital, sino en nuestra propia prensa por deficiente que sea”, expresa.

Revisa la entrevista completa aquí.