El modelo educativo de la Universidad Adolfo Ibáñez, único en Chile, integra la formación profesional con un sólido programa de Artes Liberales implementado con el respaldo de la Universidad de Columbia.
Todos sus estudiantes cursan entre 10 y 16 asignaturas de Artes Liberales que incluyen historia, arte, música, ciencias sociales, filosofía, literatura y ciencias.
Reunidos alrededor de una mesa los estudiantes debaten y reflexionan sobre los clásicos, la evolución de las ideas y las grandes preguntas que han moldeado la historia humana. Esta mirada vanguardista busca formar personas con una comprensión más compleja de la realidad, que impacten positivamente nuestra sociedad, cultivando la interdisciplina y el pensamiento crítico.
“Las humanidades nos enfrentan a la diversidad irreductible del pensamiento, a los inagotables modos de ser y de entender la realidad que los seres humanos han forjado a través de los tiempos, y seguirán forjando mientras su inteligencia esté viva”, sostiene el decano de la Facultad de Artes Liberales, Niels Rivas.
A su juicio, en la formación en Artes Liberales encontramos el mejor antídoto contra el dogmatismo y la intolerancia, y al mismo tiempo el acicate más poderoso para ejercer la libertad. “La aguda conciencia de nuestros límites y sesgos morigera la posibilidad -tan cercana, lamentablemente- de que nuestras propias ideas nos esclavicen. En tiempos de cancelación, funas y “marcas”, nada más necesario que la apertura y la flexibilidad intelectual que propician las humanidades”, reflexiona.
La combinación de sus tres hebras formativas –el programa de Artes Liberales, los conocimientos y competencias fundamentales de la carrera y la especialización final que conduce al título profesional y a un magister– la Universidad Adolfo Ibáñez entrega herramientas para enfrentar los dilemas que desbordan el alcance de la técnica. “Las humanidades no codician los espacios de otras disciplinas. Por el contrario, si aspiran a algo es a la integración, a las mutuas influencias e intercambios”, cierra el decano.
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