Con la presencia de universidades de España, Portugal, Argentina, Honduras, Chile y Bolivia se realizó la II Reunión de Gestión del Proyecto Bravioo y el I Encuentro de Buenas Prácticas Europa – América Latina, que tiene como propósito central fortalecer y resguardar los derechos humanos en las instituciones de educación superior y compartir los avances en la consolidación de los proyectos de defensorías universitarias.
La actividad tuvo como sede la Universidade da Beira Interior, Covilhã, Portugal donde la Universidad Adolfo Ibáñez fue representada por la estudiante de la Facultad de Derecho y miembro de la Defensoría Estudiantil UAI, Carolina Del Fierro, y la directora de Normativa y Transparencia, Francisca Molina.
“La instancia que fue muy productiva e ilustradora: pudimos ver el entusiasmo y arduo trabajo de parte de todos y acordar temas para asegurar la sinergia en los trabajos que se están realizando en forma paralela”, sostiene Francisca Molina.
Francisca Molina junto a participantes del encuentro internacional.
Asimismo, sostiene que durante el encuentro se abordaron diversas temáticas como la importancia de las defensorías universitarias en estas comunidades, salud mental, acoso, género, entre otros, por medio de charlas, talleres y presentaciones, lo que permitió recopilar información muy útil para nuestra Universidad.
Para Carolina Del Fierro, este viaje también fue muy enriquecedor ya que pudo compartir con estudiantes y colaboradores de diversas universidades internacionales que logró generar una importante red de aprendizaje y networking: “todos estaban interesados en el trabajo que hacíamos en la UAI. Además, se generaron instancias de conversación muy amenas donde sentí que todos estábamos en la búsqueda de un objetivo en común que es lograr implementar una defensoría universitaria interdisciplinaria e integral que incluya a diversos actores de la comunidad”.
Carolina del Fierro durante su presentación en Portugal.
Para ambas representantes este viaje tiene un alto valor para la UAI, ya que el poder compartir experiencias y buenas prácticas en un ambiente cordial, abierto e internacional, les permitió concluir que la mayoría convive con situaciones similares, lo que ayuda a buscar soluciones en común. “Poder generar una Defensoría Universitaria robusta y eficiente permitirá que la Universidad no sólo forme a futuros profesionales sino también a ciudadanos que respeten de los derechos humanos de ellos mismos y quienes los rodean”, reflexionan.
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