José Contreras Raggio y Pablo Núñez Maldonado son dos estudiantes de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez con algo en común: ambos realizaron pasantías de investigación en el renombrado laboratorio EMPA en Suiza entre 2019 y 2021.
EMPA o Swiss Federal Laboratories for Materials Science and Technology, es un instituto suizo interdisciplinario de investigación para las ciencias y tecnología de materiales aplicados. Todos los años acoge internos de todo el mundo para que realicen sus pasantías de investigación en uno de los laboratorios más prestigiosos de Europa y el mundo, “algo así como el equivalente a la NASA en EE.UU. pero en el área de materiales avanzados y bioingeniería”, explica el profesor Juan Francisco Vivanco, profesor asociado e investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI.
Desde el 2016, cuatro estudiantes UAI, coordinados por el profesor Juan Francisco Vivanco, han pasado por este laboratorio, entre ellos Thomas Vielma, Miguel Pardo, José Contreras y Pablo Núñez. Esto ha significado un constante trabajo de investigación y experiencia para los estudiantes, además de una colaboración activa entre la UAI y EMPA.
El trabajo en EMPA
José Contreras, tuvo la oportunidad de realizar una pasantía el 2019 en EMPA, gracias al programa de Formación de Estudiantes en Investigación, FEI, coordinado por la Vicerrectoría Académica y su Dirección de Investigación. Ahora se encuentra realizando su segunda estancia en el laboratorio donde trabaja en su tesis de Magíster en un internado de 6 meses que tiene como objetivo generar insumos para su trabajo final, relacionado a temas de impresión 3D de biomateriales. José cree que ha sido una “tremenda experiencia, totalmente recomendable”: “el grupo de internos es súper grande, son todos acogedores y el laboratorio entrega todas las facilidades, entienden que uno viene a aprender, y ese es un punto clave de la experiencia”, asegura.
Pablo Núñez, actualmente está en 5º año de Bioingeniería y está cursando el Magíster de Ciencias de la Ingeniería (MCI) con mención en Bioingeniería. Unos años atrás gracias a una clase con el profesor Vivanco descubrió su pasión por esta área: “En tercer año tuvimos una clase de biomateriales, y ahí ya me empezó a interesar bastante el tema de biomateriales y sus aplicaciones. Luego, me acerqué al profesor y le comenté sobre mi interés en el área y me invitó a trabajar en una investigación. Posteriormente, me mencionó la oportunidad de ir a Suiza y trabajar en EMPA para continuar esta investigación e inmediatamente acepté el desafío”, afirma.
En EMPA, Pablo estuvo desde el 2019 hasta noviembre del 2020 y fue quien tomó la posta del trabajo de José Contreras: “trabajaba en dos proyectos a la vez, el primero y el principal, que estoy trabajando con el profesor Juan Francisco Vivanco, es sobre el estudio y caracterización de distintas proporciones de un polímero PCL con biovidrio, este proyecto además está supervisado por Ameet Aiyangar, científico de EMPA; el segundo era un proyecto de un estudiante de doctorado de la Universidad ETH de Zürich sobre el estudio del roce en las prótesis de rodilla”, comenta.
Experiencia internacional
Ambos estudiantes concuerdan que fue una gran experiencia vivir en Suiza. José resalta algunos valores que le parecen atractivos de la cultura Suiza: “la puntualidad, el respeto y la confianza, desde un principio todos confían en ti a ojos cerrados”, afirma. Pablo, complementa con la geografía del lugar, “particularmente en Suiza, lo recomiendo mucho, es un país con unos paisajes hermosos, principalmente por lo Alpes, es una cultura distinta, todo funciona perfecto y la gente es muy civilizada y educada”.
Para José Contreras, lo que más atesora de su experiencia es la inmensa red de contactos que ha logrado hacer en estas dos oportunidades y la apertura para conocer otras culturas. Pablo Maldonado, cree que más que un desafío, esta fue una oportunidad de conocer algo completamente distinto: “es un ambiente totalmente nuevo, hay una inmensa cantidad de máquinas para realizar ensayos, tuve que hacer trainings para aprender a usar distintas máquinas y analizar datos; EMPA es más parecido a un campus universitario con muchos edificios, máquinas, estudiantes y trabajadores, eso impulsa a que haya una tremenda accesibilidad a distintos materiales y nuevas tecnologías”, finaliza.