No miden más de cincuenta centímetros pero su papel en la vida privada de los chilenos de la Colonia fue enorme: “el santo de la casa convivía con la familia amplificada de criados y esclavos y, en cierto modo, conocía la intimidad de una casa. Era testigo de alegrías y satisfacciones, de dolores, desasosiegos y soledades”, señala Josefina Schenke, investigadora del Centro de Estudios del Patrimonio de la Facultad de Artes Liberales de la UAI quien fue la curadora de la exposición que muestra figuras religiosas de los siglos XVII al XIX fabricadas en Perú y pertenecientes a la colección de La Fundación “Joaquín Gandarillas Infante”.

La muestra, titulada “En nombre de los santos” y que se encuentra en el Centro de Extensión de la Universidad Católica permanecerá abierta hasta el 28 de julio para que el público pueda acercarse a las costumbres del pasado nacional: “como hoy, todos tenían una vida pública y una vida privada, y ambas rara vez se confundían. En el mundo colonial, las vivencias religiosas públicas y privadas estaban, también, claramente diferenciadas”. Es por este motivo que para la doctora en Historia la exhibición es invitación a mirar estos objetos de arte y devoción como focos de un culto privado, al interior de casas, celdas conventuales y capillas particulares.

Durante la Colonia la alta mortalidad infantil, la violencia intrafamiliar, las pestes, terremotos, plagas y sequías que eran pan de cada día por lo que los santos privados jugaban un rol central en la fe de la sociedad. “En Santiago, todo confabulaba para centrar las esperanzas en ese santo patrón en quien se depositaban los ruegos; en un calvario donde el fiel se identificaba con el sufrimiento de la escena cúlmine de la Pasión y en el símbolo de la vida renovada de un nacimiento”, comenta la doctora en Historia.

Para Schenke esta exposición además de permitirnos apreciar el objetos coloniales nos da la posibilidad de entender la sociedad actual: “lo que somos hoy es una mezcla de muchas cosas del pasado incluyendo los fenómenos que surgieron tras los procesos de Independencia, las guerras, la modernización, las convulsiones del siglo XX, así como la actual globalización”.

La curadora agrega que lo que nos vuelve distintos es el hecho de haber sido una sociedad primero colonial, segundo hispana y, tercero, católica. Por eso conocer estos objetos y tanto las prácticas como rituales que existieron tras ellos son una base para comprender “nuestros miedos, nuestras prácticas, nuestras creencias y ritos, nuestros odios, nuestra relación con lo sagrado y lo visual”.

Para mayor información de la muestra, ingrese aquí.  

*Foto del Centro de Extensión de la Universidad Católica.