Indicador de confianza de los empresarios finaliza 2015 en su peor nivel en 12 años

5 de Enero 2016 Noticias

El indicador Mensual de Confianza Empresarial (IMCE) alcanzó en diciembre los 42,53 puntos, cerrando el año bajo la barrera del pesimismo, esto es, por debajo del valor neutral de 50 puntos. De este modo, durante 2015 la confianza empresarial promedió un valor de 44,44 puntos, lo que le convierte no sólo en el peor año desde 2009, cuando el IMCE promedió los 45,77 puntos, tras el impacto de la crisis subprime.

El 2015 fue también el año en que la confianza empresarial descendió a su menor nivel en los últimos 12 años, lo que lo consagra como el período de pesimismo más pronunciado desde que se creó este indicador en 2003. La decana de la Escuela de Negocios, Manola Sánchez, y el académico Francisco Parro, se refirieron al tema en Economía y Negocios de El Mercurio. 

“Sabemos que la materia básica para mejorar la calidad de vida de los países es el crecimiento y que para alcanzarlo, se necesitan empresas y negocios que se hagan en un entorno de confianza, tema en el que Chile está fallando hoy”, sostuvo la decana Manola Sánchez. Para revertirlo, “es necesario dejar atrás la política de trincheras y abrirse a escuchar todas las visiones sin sesgos políticos de ningún tipo. Eso es lo que realmente nos permitirá revertir la sensación de desconfianza y avanzar mejor en 2016”,  agregó.

Parro, en tanto, llamó al Gobierno a “jugar el rol que le corresponde”. “Debe ser el árbitro del partido y no un jugador activo. Sin embargo, hasta ahora, vemos a un gobierno que quiere hacer todos los roles: arbitrar, atajar y meter los goles. Esto le resta protagonismo a la iniciativa privada que es el motor central del crecimiento de los países”, puntualizó.

El economista dijo además que sería beneficioso para el Gobierno reconocer que las reformas que impulsa no traerán una mayor igualdad social. Esto porque mientras la reforma educacional implicará un gasto excesivo de recursos que no mejorará la calidad de la educación de los más vulnerables a edades tempranas, la reforma laboral impactará negativamente el dinamismo en la creación de empleos de calidad. A ello se suma, según Parro, el negativo efecto de la incertidumbre que generan tanto la reforma tributaria como la discusión constitucional que está comenzando, que trae dudas respecto de las reglas del juego que regirán a la economía chilena del futuro.

“Esta incertidumbre incentiva a los inversionistas a esperar. Si la inversión se frena, el crecimiento y la creación de empleos de calidad también lo hacen. Todo esto perjudica finalmente a los grupos más desprotegidos”, concluyó.

*Fuente: El Mercurio – 5 enero.

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