Compartir la investigación con los alumnos

25 de Julio 2017 Noticias

Investigar y Enseñar en la UAI

Felipe Schwember es Doctor en Filosofía de la Universidad de Navarra, España y actualmente se desenvuelve como profesor investigador de la Escuela de Gobierno. Una de las razones por las que ingresó a la UAI fue para desarrollarse como investigador, “afortunadamente, esa impresión se ha visto confirmada en el tiempo que llevo aquí, donde he tenido la oportunidad de desarrollar labores tanto de docencia como  de investigación” cuenta.

En 2016 adjudicó un Fondecyt Regular con su proyecto “Crítica y recepción de las utopías y del utopismo en el liberalismo libertario y en el liberalismo socialdemócrata del siglo XX: Popper, Hayek, Nozick y Rawls.”, el cual desarrolla también durante el 2017. Felipe aprovechó el curso que dicta para acercar a los estudiantes a la investigación, “la línea de investigación que estaba comenzando a desarrollar, era el de las utopías, sobre la crítica y la recepción de las utopías en algunos pensadores del siglo XX. Entonces, el curso me da la oportunidad, no solamente de compartir con los alumnos los resultados a los que puedo ir arribando, sino que también me obliga a profundizar en la investigación. Y ha sido interesante para ellos. Además no se suelen ofrecer muchos cursos sobre las utopías entre los cursos de filosofía política” cuenta.

¿Usas alguna herramienta que te permita vincular las clases con tu investigación?

Intento utilizar herramientas que despierten en los alumnos el interés por la investigación. En algunos cursos es más fácil que en otros. Por ejemplo, en el curso que hago ahora de “Civilización contemporánea”, los alumnos tienen que hacer necesariamente comentarios críticos. En otros cursos, lo que yo hago para tratar de estimularlos a investigar es organizar debates.

Si tuvieras que formar una universidad, ¿cuáles serían las tres características que debiera tener un académico?

Primero, gusto por lo que hace. Porque obviamente sin vocación, uno no puede realizar ninguna labor de modo constante y con satisfacción. Después, y por lo que a las condiciones institucionales se refiere, liberar, hasta donde ello sea posible, a los profesores de las tareas administrativas. La investigación, y la docencia también, requieren tiempo libre, ocio, en el sentido griego del término. El trabajo intelectual demanda mucho tiempo. Afortunadamente, en la Universidad contamos con esas condiciones que favorecen el desarrollo de la labor académica. Por último, hacer inversiones fuertes en bibliografía, talleres, laboratorios, congresos, viajes al extranjero, etcétera. Esos esfuerzos son arduos, pero precisamente son los que constituyen una universidad. 

¿Cuál sería el perfil del egresado?

Es difícil. Yo diría que tendría que ser un egresado que combine,  hasta donde sea posible, los conocimientos propios de su carrera y de su área con una cultura más amplia. Debe ser una persona culta, entre otras cosas, porque eso le dará mayor versatilidad y profundidad intelectual. No es posible desarrollar un pensamiento crítico sin una formación sólida en humanidades. No es posible tampoco ser un ciudadano consciente sin un pensamiento crítico. Por eso, una universidad debe aspirar a formar personas inquietas intelectualmente. Eso significa ofrecer una formación fuerte en humanidades. Pero también en ciencias, pues no se puede hacer filosofía hoy –ni tampoco desarrollar un pensamiento crítico- de espaldas a la ciencia.

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