Viabilidad estratégica de las empresas: Una mirada desde la capacidad de aprender

10 de Septiembre 2019 Columnas

Este es mi tercer año consecutivo siendo parte del jurado de Mejores Empresas Chilenas. Reflexionando sobre esa instancia, este ha sido un año donde la mayor parte de nuestro tiempo lo hemos dedicado a profundizar sobre la viabilidad estratégica de los aspirantes al reconocimiento. Esto no es coincidencia, sino el reflejo de una realidad que afecta a los negocios en general, y a Latinoamérica en particular. Sin pretender caer en lugares comunes, vemos que la disrupción tecnológica, junto con la nueva agenda social y medioambiental, están poniendo gran presión sobre la estrategia de las compañías. Tal es esa presión, que nos lleva en muchos casos a pensar la viabilidad estratégica de las compañías que no están poniendo esta realidad en su agenda. Por ello, y en nuestro rol de aliado académico del programa, desde la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez nos preguntamos: ¿Cuál es el rol de la educación de negocios en apoyar a las empresas en estos desafíos estratégicos que ponen en duda su viabilidad?

En primer lugar, analicemos el desafío de la disrupción tecnológica sobre la base del estudio que Deloitte realizó en 2017 sobre el impacto del cambio tecnológico y la posibilidad de personas, organizaciones y empresas en mantener el paso de ese cambio.

Rewriting the rules for the digital age: 2017 Deloitte Global Human

Capital Trends, Deloitte University Press.

En el gráfico vemos el desafío al cual nos en enfrentamos con respecto al cambio tecnológico. La curva de cambio tecnológico sigue una tendencia exponencial, y con una tasa de crecimiento muy superior a la que pueden tener las personas y sus organizaciones. Desde nuestra visión como universidad esto nos pone dos desafíos. Por un lado, la introducción de la tecnología como habilitador de modelos de negocios y desintermediadora de industrias y, por otro lado, la necesidad de formar a nuestros alumnos en tener una mirada innovadora y sumamente crítica de la realidad estratégica de la empresa. En este sentido, la lógica de formar en disciplinas aisladas comienza a desmoronarse rápidamente. Hoy tenemos que pensar en ciencia, tecnología y negocios como un todo. Esto no implica que como Escuela de Negocios formemos expertos en programación, todo lo contrario, pensar ello sería un error grave, en el cual tampoco la empresa debe caer. La clave se encuentra en entender permanentemente y con mayor profundidad cuáles son las necesidades que queremos cubrir y las experiencias que queremos crear, para, desde esa posición, entender de qué forma la tecnología puede habilitar nuevos modelos de negocios y experiencias. Esto permitiría que los negocios se comiencen a mover más rápido, para acercarse a la velocidad a la que se mueve la tecnología. Esto pondría una tensión adicional en las personas, ya que sus conocimientos se van a ver obsoletos con mayor velocidad. En ese contexto, la empresa debe comenzar a pensar cada vez más en la transformación de sus colaboradores, para lo cual la capacitación será un elemento clave. Lo difícil de ese proceso es que en muchos casos no sabremos en qué debemos capacitarlos, ya que las habilidades que necesitamos hoy muy probablemente no serán las de mañana. En este sentido, la empresa sí puede trabajar proactivamente en contar con una cultura adaptativa, que promueva el cambio y ponga el sentido de urgencia en aprender a desaprender.

El segundo tema está relacionado con la nueva agenda social y medioambiental. El rol social que los negocios deben cumplir está cada vez más claro desde el punto de vista de la misma sociedad. Sin embargo, las empresas aún no son capaces de tomar la real dimensión de lo que la sociedad les pide. Esto hace que en nuestro rol académico debamos entender las estrategias y mecanismos que las empresas deben utilizar para cumplir con ese rol, sin menoscabar su desempeño financiero. Esto implica, y aquí podemos nuevamente caer en una obviedad, poner realmente a la sostenibilidad como el verdadero objetivo de la estrategia empresarial. Muchas veces vemos cómo, tanto las empresas como muchas instituciones académicas, buscan dar una solución táctica a un problema estratégico. Es así como proliferan las áreas de sostenibilidad y los “cursos” de sostenibilidad, y no se trata de eso. La verdadera solución radica en pensar de forma sostenible y entender, de una vez por todas, que la estrategia empresarial debe buscar rentabilidades adecuadas, minimizando su impacto medioambiental y desarrollando a sus colaboradores.

En definitiva, esta tercera versión de Mejores Empresas Chilenas nos permite celebrar y reconocer a quienes tienen buenas prácticas empresariales y, al mismo tiempo, nos deja muchos desafíos a futuro, tanto para quienes impulsamos el reconocimiento como para las empresas participantes.

Publicado en El Mercurio.

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