Un alcalde para Valparaíso

8 de Abril 2024 Columnas

Durante estos días, los partidos comenzaron a definir quiénes serán los contendores que intentarán arrebatarle la alcaldía a Jorge Sharp. Si hacemos un poco de memoria, el alcalde no tiene culpa de estar en el cargo. Los verdaderos responsables fueron los partidos políticos, quienes el 2016, divididos en dos conglomerados, le prepararon la pista, postulando a dos candidatos muy malos. Chile Vamos insistió con Jorge Castro, que venía de una administración deficiente, y la Nueva Mayoría, insultó la inteligencia de los porteños, proponiendo a un candidato popular: Leopoldo Méndez, conocido popularmente como DJ Méndez.

El triunfo del abogado Sharp, que en esa elección obtuvo casi el 54% de los votos, fue gracias a un voto de rechazo de la gente, aburrida del menosprecio de los partidos tradicionales por la ciudad. Ni siquiera sumando los votos de Castro y de Méndez (45%) alcanzaban al originario de Punta Arenas.

La historia no fue muy distinta en la elección edilicia del 2021. En esa ocasión, Chile Vamos presentó a Carlos Bannen, mientras que Unidos por la Dignidad apostó por Marcelo Barraza. Sharp mantuvo el apoyo de la primera vez (56%), la derecha siguió con su techo de un 22%, sin embargo, Barraza se desplomó alcanzando un 7%, apenas 7.709 votos. Otro regalo de los políticos tradicionales para Jorge Sharp. No sé si por ingenuidad, cobardía de no querer perder o simple desprecio por la ciudad, fue una batalla que comenzó perdida.

Más allá de las enormes dificultades que ha enfrentado, varias de ellas autogeneradas, Sharp ha sabido manejarse hábilmente para ser reelegido, llamar la atención en Santiago y lo más seguro es que, como van las cosas, pueda salir reelecto, pese al estado calamitoso en que se encuentra la ciudad.

Hasta la fecha, no he visto a ningún candidato o candidata que pueda romper esta dinámica. Si seguimos la lógica de las elecciones anteriores y aunque el voto obligatorio puede cambiar el panorama, en las últimas votaciones ambos conglomerados se han dividido el 50% de los votos que no se lleva Sharp.

Por el rol que ha tenido en la historia económica de Chile, por el desarrollo intelectual que tuvo en el siglo XIX y XX, la gran cantidad de universidades que se concentran acá, por las miles de veces que ha sido ilustrado, fotografiado, novelizado y poetizado, en definitiva, por su condición de Patrimonio de la Humanidad, el puerto no puede seguir siendo disputado como un botín por la izquierda y la derecha.

De la misma forma como hay políticas de Estado respecto de temas que requieren de una mirada transversal, el caos en que se encuentra la ciudad pide dejar de lado las disputas internas y pensar en un candidato que logre un consenso transversal de todos quienes amamos Valparaíso y sufrimos con su situación actual.

No sería algo nuevo. A lo largo de su historia, grandes personajes han ejercido el rol de alcalde de la ciudad, sin tener una filiación política clara y sin tener necesidad de ejercer el rol, pero sí una obligación moral con el puerto. Pienso en hombres notables: el empresario y filántropo Carlos van Buren. No es casualidad que el principal hospital de la ciudad lleve su nombre. Arturo Benavides, veterano de la guerra del Pacífico, hoy famoso gracias a Guillermo Parvex. Y, en el primer lugar del podio, el almirante Jorge Montt, quien, luego de participar en la revolución contra Balmaceda, se erigió como presidente de la República. Luego de eso, Montt fue alcalde de Valparaíso por tres años, entre 1915 y 1918.

Sé que lo que digo puede parecer ingenuo y, lo más seguro, es que esta columna termine envolviendo un pedazo de corvina o, más ad hoc, una cabeza de pescado en la caleta Portales, pero lo cierto es que, frente a situaciones extremas, se requieren acciones extremas. Un alcalde de unidad sería una de ellas.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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