Tina Turner, una ventana a los ochenta

28 de Mayo 2023 Columnas

Nunca fui fanático de la cantante Tina Turner, pero siempre me llamó la atención su particular peinado y potente tono de voz. Conocer la noticia de su fallecimiento a sus 83 años me llevó en un viaje en el tiempo a la década de los ochenta.

La primera imagen es la de ella cantando, junto a una élite de cantantes de la época, “We are the world”. La canción compuesta por Michael Jackson y Lionel Richie se hizo para recolectar dinero que fuese en ayuda a los niños que se morían de hambre en África, en especial, en Etiopía. A mediados de los ochenta, era común ver la imagen de los soldados de la ONU llevando alimentos a niños que morían de hambre. Gracias a artistas de la talla de Ray Charles, Stevie Wonder, Cyndi Lauper, Bob Dylan, además de Jackson, Richie y Turner, el problema se visibilizó y, de paso, se recaudaron 75 millones de dólares.

La segunda imagen es la de la misma cantante actuando en la tercera parte de la saga australiana que lanzó a la fama al actor Mel Gibson, Mad Max. En esencia, se presentaba un futuro distópico en el que el casi no quedaba petróleo. Turner interpretaba a la reina de un lugar donde producían energía (metano) a partir del estiércol de los cerdos.

El último recuerdo guarda relación con la canción principal de la película interpretada por la mismísima Tina Turner, titulada: “We don´t need another hero”. Fue el himno de una generación que, en un contexto de plena Guerra Fría, estaba cansada de esa visión polarizada del mundo y frente a la cual se rebelaba, diciendo que no necesitaban héroes.

Casi cuarenta años más tarde, el mundo que deja Tina Turner resulta muy diferente al que la llevó a la fama. Aunque el hambre sigue existiendo en África, hoy se trata de un problema de distribución más que de falta de comida. De hecho, está estudiado que hoy se lanza a la basura, un tercio de lo que se produce, por problemas que van desde altos estándares de preservación hasta detalles estéticos. Si los cantantes pop del momento debieran unirse por algo en el 2023, sería en la lucha contra la obesidad que es una de las principales enfermedades que aquejan al mundo.

Sobre el segundo punto, la escasez de petróleo que, a través de la OPEP, puso en jaque a los países desarrollados a fines de los ochenta, ya dejó de ser un problema. El desarrollo de nuevas energías y la transformación de los autos en eléctricos han hecho que el petróleo deje de ser un recurso clave. No sucede lo mismo con el agua. Así quedó retratado en el remake de “Mad Max, Furia en la carretera”, el año 2015. La lucha era por agua, en vez de petróleo. Por otro lado, si el metano fue una solución energética en la ficción de Gibson, hoy es un problema. Los gases que producen las vacas son considerados una de las principales causas del calentamiento global.

Sobre lo del héroe, me quedan algunas dudas. No sé si las personas del siglo XXI siguen rechazando la posibilidad de un héroe. Por el contrario, el éxito de los populismos de este último tiempo guarda mucha relación con esa figura mesiánica que va a solucionar los problemas de forma mágica.

En fin, más allá de su música, el fallecimiento de la cantante nos ha permitido ver de qué forma los problemas que creíamos absolutos van variando según las circunstancias, hasta llegar a convertirse en lo contrario a lo que imaginábamos. Los hechos vistos en perspectiva nos permiten matizar aquellos problemas y dificultades que parecen agobiarnos en el presente. En este sentido, esperemos que, en cuatro décadas más, alguien observe con curiosidad que lo que nos preocupaba (narcotráfico, la guerra en Ucrania y los avances de la inteligencia artificial) ha sido superado y reemplazado por nuevas dificultades.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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