Sin novedades catastróficas

3 de Julio 2017 Columnas

Votaron más o menos los mismos que se esperaba lo hicieran, por los candidatos que se esperaba que fueran los más votados.

Las expectativas de resultados relativos a las elecciones primarias se terminaron dando. Completamos estas líneas antes de que haya resultados finales definitivos, pero en Chile Vamos se impuso con facilidad Sebastián Piñera, mientras que en el Frente Amplio lo hacía Beatriz Sánchez. Pese a todos los pronósticos de ausentismo, existió una participación más que razonable. La esperanza de la final de la Copa Confederaciones más bien parece haber adelantado la votación que haberla suspendido, y haber superado el millón de participantes en la Alianza es un hito en estas lides, mientras que el Frente Amplio, si bien no tuvo tantos participantes como los que esperaban los más optimistas, tampoco estuvieron tan mal para un bloque con su heterogeneidad y liquidez interna. Mal que mal, Manuel José Ossandón, pese a perder por bastante ante Piñera, obtuvo más votos que todo el Frente Amplio.

Los resultados demuestran claramente que Piñera tiene un liderazgo contundente dentro de Chile Vamos y no hay discusión en su posición como ganador, pero Ossandón, por los motivos que fueren, retiene una parte relevante de ese electorado, lo que le da una plataforma política relevante. Queda por verse si lo usará para algo útil o justificará con ella sus aproximaciones hostiles a Piñera. Una interpretación extrema de esta mirada podría llevar a una relación como la desarrollada entre Santos y Uribe en Colombia, de triunfar Piñera en noviembre.

Kast, por su lado, demostró una interesante votación para un liderazgo nuevo, presentándose así una interesante disputa por el futuro liderazgo de la derecha. Por primera vez, la derecha cuenta con liderazgos de futuro con miradas divergentes en la ideología. Es interesante, ciertamente

En el Frente Amplio, por su parte, Beatriz Sánchez demostró una clara superioridad, que confirma que incluso en un movimiento ubicado más a la izquierda del propio Partido Comunista, no basta ser radical para conseguir votos. Alberto Mayol quizás abusó de la credibilidad y racionalidad al hacer promesas que, simplemente, eran imposibles de tomar en serio…sus propuestas de nacionalizaciones masivas, trenes de miles de kilómetros y de trayecto a pagar con el botín de las AFP nacionalizadas, eran realmente algo propio de 1917, no del 2017. Como fuere, es claro que los únicos perdedores claros de esta jornada de elecciones primarias fueron los dos candidatos de la Nueva Mayoría. Goic perdió la oportunidad de difundir sus posturas a través de la franja electoral y la emoción que representa una elección, mientas que Guillier desperdició una magnífica ocasión de romper con los múltiples errores no forzados que su candidatura acumula.

Quizás la gran noticia de estas primarias es, precisamente, que no ocurrió ninguna gran novedad catastrófica. Votaron más o menos los mismos que se esperaba lo hicieran, por los candidatos que se esperaba que fueran los más votados. Dicho en simple, en Chile se siguen privilegiando discursos más o menos racionales y con una lógica concreta detrás de ellos. El debate clave comienza ahora, es decir, cómo podrá Guillier ponerse al día, y si Goic persistirá. Ambos tienen un papel difícil ante un Piñera que tiene un viento de cola considerable, más allá de si Ossandón lo apoya o no, algo que al escribir estas líneas no se ve nada de claro.

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