Por qué no escribo columnas de opinión

18 de Enero 2024 Columnas

Hace un par de días, en una reunión de trabajo, un colega que es columnista fijo de este medio me preguntaba si era idea de él o hace rato que yo no mandaba una columna. Y es cierto, hace rato que estoy en silencio. Intenté explicarle ese silencio y me costó mucho dar con la palabra precisa… el motivo exacto de ese silencio. Una breve enumeración puede ayudarme: la guerra entre Rusia y Ucrania no tiene fecha clara de término y ya va para los dos años. Mientras nuestros hijos abrían sus regalos de Navidad niños de la Franja de Gaza eran bombardeados y nadie entiende ni  sabe cómo se puede frenar esa barbarie que avergüenza a la condición humana. Mi colega me comentó que a él también le pasaba lo mismo.

Para bajar el tono tristón del diálogo le pregunté si se consideraba un columnista menor. Esta es una broma interna ya que hace poco el presidente Boric tildó al decano de mi facultad de “columnista menor”. Pero sigo dándole vueltas a ese silencio: la broma  no es tan broma ya que nuestros políticos continúan utilizando el viejo truco del argumento ad hominem en vez de pensar un poco en las verdades posibles del contrincante. A la columna de Alberto Mayol sobre el cantante mexicano Peso Pluma alguien contesta que por qué no reclamó cuando vino Alejandro Fernández a cantar sus canciones machistas.

¿Por qué no escribo columnas? Hace poco mi hija se compró, sin mi autorización, un aparatito de color azul esférico que responde a diversas preguntas y solicitudes. Se llama Alexa, le puedes preguntar por el clima, pedir canciones y cosas de ese estilo. Pero si te sales un poco del estricto ámbito para el cuál fue programada contesta con un “estoy confundida”. Por ejemplo: “¿Alexa: ¡díme cuál es tu color favorito!”. Y “ella contesta”: estoy confundida. Le pregunté el otro día si había estado enamorada alguna vez y me dijo: “todavía estoy tratando de entender ese sentimiento humano. Pero te puedo decir que como dice Luis Miguel nació de mí, nació de ti y de la esperanza”.

Yo también, al igual que Alexa, estoy confundida. Por eso no escribo. Porque no estoy programada para guerras que se prolongan a vista y paciencia del resto del mundo occidental y civilizado. Porque no estoy programada para ver como mujeres, niños y civiles siguen siendo brutalmente asesinados. Porque no estoy programada para ver como Valparaíso sigue decayendo pero se hacen fiestas y conciertos como circo romano. Hay columnistas que saben todo, Kant mediante siempre tienen un análisis claro y prolijo de los aconteceres humanos. Yo sigo confundida y por eso no puedo escribir. Aunque a lo mejor no escribo columnas porque además de ser una columnista ocasional y menor, simplemente estoy un poco deprimida. No sé… le voy a preguntar a la Alexa.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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