Momentum político

4 de Junio 2024 Columnas

Debido a su relevancia en nuestra tradición democrática, la Cuenta Presidencial ante el Congreso es una ocasión para que los gobiernos concentren la atención pública, instalen una narrativa y redireccionen el debate en función de sus prioridades y objetivos. Incluso pueden llegar a convertir ese acto en un “momentum político”, esto es, una oportunidad excepcional de conexión con la ciudadanía.

Así, al menos, ocurrió con las cuentas públicas que Boric realizó anteriormente. En 2022 y 2023, tras entregar su discurso, la aprobación del Mandatario no solo registró alzas significativas, sino que además alcanzó algunos de sus mayores “peaks” de adhesión, de 44 y 41 puntos, respectivamente (Cadem, 2024). En esa labor, en los últimos 15 años, los gobiernos de izquierda han sido más eficaces que los de derecha. De hecho, Bachelet II y Boric, en su conjunto, han logrado evaluaciones de sus cuentas públicas más positivas que las obtenidas por Piñera en sus dos gobiernos.

Los discursos institucionales del Presidente Boric -no así sus salidas de libreto- suelen ser piezas comunicacionales generalmente encomiables, con una buena combinación de inspiración, emoción y visión colectiva y de futuro. Sin embargo, esta vez, pareciera que las palabras del Mandatario no calaron tanto: la evaluación ciudadana de su reciente Cuenta Pública fue dividida (48% lo evaluó positivamente versus un 46% que lo hizo negativamente). De hecho, los niveles de apoyo al gobierno de Boric, tras emitir su discurso, se mantuvieron en su “piso” de 31%.

¿Por qué el gobierno no logró con esta Cuenta Pública el impacto positivo como en ocasiones anteriores? Las posibles hipótesis son muchas y variadas, pero tal vez la respuesta se halla en las premisas más básicas de la comunicación. El poder de la palabra -de un discurso o de una narrativa- solo es posible de ejercer cuando se cumplen dos condiciones: que sea creíble y que “resuene”, que “tenga sentido”, para quienes escuchan.

Los datos de la encuesta Cadem dan algunas pistas al respecto: si bien la opinión pública valora positivamente aspectos formulados por el Presidente, una mayoría ve poco o nada probable que el gobierno pueda cumplir con muchas de las medidas anunciadas. En ese sentido, para muchos resultaron promesas poco creíbles. Probablemente, la demora por años en alcanzar acuerdos en materias tan sustantivas como las pensiones, afecta la credibilidad del gobierno -y no solo la de la oposición, como esta administración tiende a creer-, ante una ciudadanía que espera soluciones.

Asimismo, a través de la Cuenta Pública, el Presidente buscó instalar la idea de que su gobierno ha logrado una “mejor gestión”, y que estamos frente a un ciclo de “estabilización” del país. Sin embargo, esa lectura tampoco se ha permeado hasta ahora. Una mayoría sigue observando que el país está en retroceso o igual que antes. Esta vez, el mensaje presidencial no fue tan eficaz y -definitivamente- no se ha constituido en un “momentum político”.

Publicada en La Tercera.

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