Mala semana para la educación

18 de Junio 2023 Columnas

La noticia pasó prácticamente desapercibida. El 10 de junio de 2023, con apenas 64 años, falleció el profesor y escritor italiano Nuccio Ordine. Entre sus principales obras, destacan “La utilidad de lo inútil: Manifiesto”; “Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal” y “Una escuela para la vida”.

Los primeros recuerdos de Ordine estaban relacionados justamente con su escuela y su maestra Ofelia Brancati en Diamante, Calabria. El pueblo era tan pequeño y pobre que no tenía espacio para una escuela, por lo que sus primeros años de estudio fueron en la casa de su maestra. Tenía clases, incluso cuando ella estaba enferma. Fue ese ejemplo de responsabilidad y el apoyo que recibió lo que marcaron a Ordine, tal como lo mencionó en múltiples oportunidades: “El encuentro con los buenos profesores puede cambiar la vida de los estudiantes”.

Gracias a su maestra, Ordine se transformó en un crítico de la educación mercantilista en las escuelas y universidades, un defensor de las humanidades y de que la importancia del saber se encontraba en el mismo aprendizaje, más que en el resultado.

El fallecimiento de Ordine fue la primera de una serie de malas noticias que hemos recibido esta semana en educación: el cierre del Colegio SEK, los resultados del SIMCE y el paro del Colegio de Profesores en el peor momento.

Los 800 alumnos, sus apoderados y un centenar de funcionarios del Colegio SEK parecieran ser las víctimas de un conflicto entre el polémico empresario Jorge Segovia y los profesores del sindicato que, según informaciones de este diario, no representaría a más del 30% de los docentes. Si la decisión es definitiva, habrá que ver la forma de reorganizarse. Por el contrario, si se trata de un chantaje, resulta miserable hacerlo a costa del sufrimiento de un millar de personas.

Respecto del SIMCE, los resultados fueron aún peor a los esperados. La inesperada pandemia obligó a encerrar a los niños en las casas y las clases por zoom, aunque permitieron salvar la situación, estaban lejos de igualarse en calidad a las presenciales. Después de dos años, los estudiantes no se avergüenzan en reconocer que aprendieron poco y nada y que copiaban en la mayoría de las pruebas.

Hay que agregar a eso la obstinación de la oposición de ese entonces y del Colegio de Profesores por no volver a clases. El resultado, según el SIMCE, señala que un 45% de los estudiantes de cuarto básico tiene un nivel insuficiente en habilidades y conocimientos elementales, mientras que en segundo medio esa cifra se eleva al 54%. En términos globales, un 82% de los estudiantes no domina correctamente los contenidos esperados.

El problema no acaba aquí. La relevancia que se le ha asignado al promedio de la enseñanza media (NEM) obliga a los establecimientos a inflar artificialmente las notas para ayudar a los estudiantes, provocando una paradoja. En los últimos 5 años, los estudiantes han aprendido menos que los de antes, pero obtienen mejores notas.

La guinda de la torta la aporta el Colegio del Profesores con el anuncio del paro. La deuda histórica, por muy justa que sea, no puede estar antes que la necesidad de los estudiantes. Así como a Ordine, no está de más volver a leer a Gabriela Mistral: “Todo para la escuela, nada para nosotras mismas”.

Lo increíble de toda esta historia es que el presidente Gabriel Boric, Camila Vallejos y Giorgio Jackson se hicieron conocidos por sus demandas educacionales, pero hoy, al mando del Gobierno, pareciera no ser prioridad hacerse cargo de ésta. Quizás es hora de volver a sus orígenes, olvidarse de la pelea chica y buscar un acuerdo transversal que permita construir los únicos cimientos que pueden hacer de Chile un país mucho más justo.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

Redes Sociales

Instagram