La implacable ley antidíscolo

28 de Abril 2017 Columnas Noticias

El partido en formación Ciudadanos recibió una mala noticia: el Servel rechazó su inscripción oficial al disputar un conjunto de firmas presentadas por el referente que lid era el ex ministro Andrés Velasco.

La historia aún no termina. Ciudadanos puede apelar y exigir una reconsideración de los antecedentes acompañados. En ese caso, todo habría sido un susto y sus candidatos parlamentarios -entre ellos el mismo Velasco- podrían competir sin problemas en noviembre. Ese es el primer camino: la vía burocrática.

Si la apelación fracasa, la cosa se pone color de hormiga, pues ni Velasco ni los otros candidatos del proto-partido tendrían derecho a competir en las parlamentarias. Partidos amigos -como Amplitud- han ofrecido sus cupos para cobijar a los representantes de Ciudadanos. En ese caso el problema es la ley antidíscolo, que prohibe competir a aquellos que renunciaron a un partido con menos de 12 meses de anticipación. La aplicación de dicha ley sería injusta en este caso, tomando en cuenta que los precandidatos en comento nunca renunciaron, sino que su partido fue disuelto. El espíritu de esa ley es castigar al que se va del partido porque no le dieron el cupo o porque perdió la primaria interna. No es la situación.

Si ese segundo camino tampoco prospera, la fusión con Amplitud -y Red Liberal- es la alternativa final.

No es lo ideal que se produzca en condiciones tan exigidas, pero no es nada tan dramático. A fin de cuentas muchos sueñan con un gran partido liberal unificado en el centro político y éste podría ser el comienzo.

Como fuere, lo que genera sospecha es que fueron los miembros del Servel más cercanos a los partidos políticos tradicionales son los que insistieron en descalificar a Ciudadanos. No es novedad. Nos hemos acostumbrado a que los incumbentes decidan e interpreten las reglas, haciendo usualmente las cosas más difíciles a los desafiantes.

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