La DC post pizarro

3 de Abril 2016 Noticias

Escuela de Periodismo

La Tercera

El ahora ex presidente de la DC optó por dejar el cargo ante la inminente formalización de sus hijos en el caso SQM; un cuadro que las debatidas ‘filtraciones’ ya anticipan para las próximas semanas y que, de concretarse, hubiera puesto a la Falange en una situación imposible. Jorge Pizarro decidió entonces adelantarse a una escenario eventualmente límite, que de igual manera lo habría forzado a la decisión que tomó ayer

Siguiendo las formalidades establecidas en sus estatutos, el partido dejó a la senadora Carolina Goic -su primera vicepresidenta-, como reemplazante en la jefatura DC hasta el 4 de diciembre. De algún modo, la colectividad buscó dar así una señal de orden y de continuidad, en un contexto donde las tensiones propias de la próxima elección municipal serán el marco inevitable de las decisiones que la nueva directiva decidió dejar en suspenso.

Asumiendo los costos, la Falange postergó las definiciones clave para su proyección política de mediano plazo. Entre ellas, la resolución sobre la disputa interna entre los sectores que se sienten más cercanos al ethos de la antigua Concertación y aquellos que participan con entusiasmo del espíritu reformista de la Nueva Mayoría. En los hechos, si hubo alguna posibilidad de que esta abortada Junta Nacional sirviera para empezar a encauzar y resolver dichas diferencias, el auto descabezamiento de la colectividad generado por Pizarro terminó siendo la circunstancia perfecta para dilatar de manera indefinida este imperativo.

En paralelo, la DC también esquivó cualquier precisión sobre su futura opción presidencial. En rigor, la posibilidad de que el partido comenzará en esta instancia a dar alguna luz sobre los criterios que pondrá sobre la mesa a la hora de definir su próxima candidatura, terminó abortada. El partido optó al final por un escenario de lenta transición hacia una nueva directiva formalmente electa, lo que sin duda hará más difícil tomar decisiones sobre los temas sustantivos y aumentará la debilidad relativa de la DC frente a sus aliados del pacto oficialista.

En definitiva, la Falange vivió el día de ayer la crónica de un descabezamiento anunciado, donde el senador Pizarro debió anticipar una decisión desde hace bastante tiempo inevitable. La DC optó en esta circunstancia por una nueva claudicación, un camino que le permite sortear con menor grado de dificultad las exigencias y desafíos del actual momento político, pero que la expone al riesgo de mantenerse anclada en su actual parálisis; a la larga, el tiempo perdido puede terminar siendo otra vez el complemento perfecto de una subordinación siempre lamentada, pero a la vez, inexcusablemente elegida cuando llega la hora de tomar decisiones críticas.

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