La Covadonga y el Huáscar

29 de Agosto 2021 CEA Columnas

Si hay algo que reconocer al ministro de Cultura del flamante presidente de Perú, Pedro Castillo, es su entusiasmo y originalidad. A diferencia de sus predecesores, candidatos a la presidencia o populistas del norte, esta vez la propuesta del ministro Ciro Gálvez ya no consistía, como se ha hecho otras veces, en apuntar a recuperar al Huáscar, sino a reflotar la Covadonga.

Haciendo un breve resumen, hay que recordar que la Covadonga era un barco español capturado por las fuerzas chileno-peruanas durante la Guerra contra España. Años más tarde, le tocó ser parte del bloqueo a Iquique durante la Guerra del Pacífico. Esto, hasta el 21 de mayo de 1879, cuando se escribió una de las páginas más notables de nuestra historia. Mientras la Esmeralda terminó siendo hundida por el Huáscar, la Covadonga logró zafar del combate y consiguió que el buque peruano Independencia encallara.

Tiempo después, con el Huáscar capturado por las fuerzas chilenas, los buques se dedicaron a cumplir funciones de apoyo para el ejército que se desplegaba en el norte. Frente a la playa de Chancay, la antigua barca española fue víctima de un atentado que la hundió, acabando con la vida de su comandante, Pablo de Ferrari, y 31 tripulantes.

De ahí en adelante, han existido distintas propuestas para recuperar la Covadonga, pero sin mayor éxito. La más importante, recuerda el diario El Comercio de Perú, sucedió en 1987, a partir de una propuesta de la Cámara de Diputados de ese país. No obstante, luego de una serie de estudios de factibilidad, se llegó a la conclusión de que era imposible: “La superestructura de la nave era inexistente, así como la cubierta principal, los compartimentos, el forro del casco y las estructuras en ambas bandas. Solo permanecía la quilla y algunos maderos de la parte inferior del casco, bastante débiles”, apunta El Comercio. A lo que agrega el historiador Héctor López Martínez en el mismo diario: “No hay nada que reflotar. Si se mueve lo poco que queda del casco, éste se terminará de destruir”.

En la mente del ministro Gálvez, debe figurar, como un modelo a seguir, lo que se hizo con el Huáscar, sin embargo, se desconoce todo el camino que hubo que recorrer para terminar transformándolo en uno de los museos marítimos más importantes del mundo.

Hay que recordar que después de su captura en 1879, la embarcación tuvo que ser reparada para ser reincorporada al servicio durante la guerra. En abril de 1880, formó parte de los buques que bloquearon el puerto de Callao y a inicios del siguiente año apoyó con su bombardeo la toma de Chorrillos. Durante a y 1884, fue sometido a reparaciones y modernización de sus cañones. También formó parte de la división que fue a rescatar los restos de los héroes de Iquique en 1888. En la revolución de 1891, fue utilizado en favor de los congresistas, resguardando los buques de transportes y bombardeando Iquique. Fue retirado del servicio en 1897, a raíz de la explosión de una caldera. En 1905, hubo que tomar la decisión de mantenerlo en servicio, haciendo modificaciones sustanciales o dejarlo como estaba. Se optó por esto último y el tiempo no transcurrió en vano. El Monitor permaneció durante muchos años deteriorándose, anclado en Talcahuano y se intentó, sin éxito, hacer una colecta para restaurarlo en 1924. Recién en 1935, fue pintado y arreglado para recibir público.

Tuvieron que pasar casi dos décadas para tomar la decisión de remozarlo y dejarlo en un estado similar a como era en 1878. Para eso, hubo que contar con el apoyo de distintas partes que colaboraron en su reacondicionamiento, lo que permitió que se transformarse en santuario que venera las glorias navales de Chile y Perú. A inicios de la década del setenta, se hizo la restauración más importante, que permite disfrutar al Huáscar tal como lo conocemos hoy día.

A modo de conclusión, “no hay que ver bajo el agua” para darse cuenta de que detrás de la idea del ministro de Cultura de Perú de reflotar la Covadonga, estaba el interés de usar esta embarcación como moneda de cambio para recuperar el Huáscar. Lamentablemente, está demostrado que por ahora no es posible. Además, hay que dejar claro que para llegar a tener al Huáscar como está, hubo un largo camino que comenzó con su incorporación como buque de la Escuadra hasta su transformación en museo. Uno de los pocos museos flotantes del mundo, donde podemos admirar el heroísmo de los peruanos y chilenos durante la guerra.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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