La carta de la fortuna

24 de Julio 2022 Columnas

Si hasta ahora la suerte se veía esquiva para la opción del Apruebo en el plebiscito del 4 de septiembre por la nueva Constitución, esta semana las cartas parecen haber cambiado y la luz al final del túnel apareció en bastante esplendor.

Es que el resumen de los últimos días no había sido muy prometedor. Las señales de las nunca bien ponderadas encuestas han mostrado constantemente una tendencia in crescendo hacia el Rechazo.

Pero ahora incluso dichos sondeos, en especial la Cadem, mostraron un cambio, pues –tras el anuncio del gobierno del bono de invierno- el Apruebo tuvo una leve alza (aunque dentro del margen de error) de dos puntos. Sin embargo, todavía se sitúa, en dicha medición, 15 puntos por debajo del Rechazo.

En todo caso, en este nuevo escenario, no fue lo único que sucedió. Han sido semanas difíciles para quienes respaldan el nuevo texto, partiendo por una seguidilla de dirigentes de la exconcertación mostrándose contrarios a la propuesta, incluyendo la carta del expresidente Ricardo Lagos, donde ponía el énfasis en que el nuevo proyecto –al igual que la Constitución vigente creada en dictadura- no genera unidad en el país y, por lo tanto, no cumpliría con el objetivo para el que se inició su discusión. Aunque el exmandatario no daba allí su postura clara respecto del plebiscito, sí dejó ver de manera transparente su descontento con el resultado del trabajo de la Convención.

Luego, en una especie de reedición de la pugna de comienzos de los 2000, entre los autoflagelantes y autocomplacientes –es decir, quienes creían que, tras diez años de gobierno, la Concertación no había hecho un buen trabajo y los que, por el contrario, pensaban que sí se había realizado una gestión adecuada, considerando las circunstancias-, vino la discusión en la Democracia Cristiana para intentar aunar posiciones. Aquello fue, más allá de los intentos de la directiva, imposible y terminó con amenazas de tribunal supremo y expulsión a quienes siguieran la postura explicitada, entre otros, por el exinquilino de Palacio, Eduardo Frei, que claramente se mostró contrario a la nueva Carta Magna.

Aquella oposición de ambos exmandatarios, que había caído como balde de agua fría en las filas del oficialismo, también vivió esta semana un cambio, cuando la expresidenta Michelle Bachelet contrarió a sus antecesores y apoyó -derechamente y sin ambages- la opción del Apruebo.

No solo eso. Pocas horas después de sus declaraciones -en las que citó al popular cantante Pablo Milanés, afirmando que la nueva Carta Magna “no es perfecta, mas se acerca a lo que siempre soñé”-, aterrizó en Chile y se reunió con el Presidente Gabriel Boric, en un extenso encuentro en su casa de La Reina. Aunque tras ello ninguno hizo declaraciones, los dichos de la exmandataria previamente habían sido claros desde Lima: “Yo sí estoy por el Apruebo”.

Y habría sido ilógico esperar otra cosa. De hecho, allí estaba la esperanza de quienes respaldan esta opción tras las negativas de Lagos y Frei. Porque precisamente en su gobierno, Bachelet intentó por primera vez desde el regreso de la democracia -25 años después- renovar la Constitución de Pinochet, a partir de cabildos ciudadanos que pretendían que fueran los chilenos de a pie los que plantearan qué esperaban de un texto así. Pero aquello no fructificó y quedó en nada, pues el proyecto fue enviado al Congreso solo unos días antes de que la entonces jefa de Estado dejara La Moneda. Y obviamente, Sebastián Piñera –su sucesor- no tuvo intenciones de reflotar el tema hasta que se produjo el estallido social y se vio forzado a respaldar el Acuerdo por la Paz.

Otro granito de arena para el Apruebo estuvo dado por las polémicas de la semana, que aun cuando puedan generar algo de ruido, muestran movimiento y vitalidad de una opción que parecía demasiado aletargada. “No existe mala publicidad”, dicen y, en este caso, puede ser cierto. Porque el que Chayanne haya reclamado por la utilización de su imagen en un meme a favor de la nueva Constitución o que la ANFP critique el uso de la polera de la selección de fútbol no hacen otra cosa que viralizar aún más la opción y ponerla en las primeras planas de los medios.

La carta del tarot que muestra la rueda de la fortuna significa –según los entendidos- que todo en la vida es un ciclo inevitable, que la suerte acompaña en ese momento a quien la recibe y que el azar está a su favor.  Puede ser, quizás, que Bachelet y el despertar de esta semana sean precisamente una muestra de buen augurio para la opción del Apruebo.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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