“Izkia-cosas”

21 de Agosto 2022 Columnas

“Siches suma más polémicas y cambio de gabinete tras el plebiscito podría marcar nuevo equilibrio de poder en el oficialismo”, anunciaba esta semana una nota de prensa respecto de los recientes tropiezos de la ministra del Interior y la necesidad de que el Presidente Gabriel Boric comience a pensar en una modificación de sus equipos.

Efectivamente, en estos días Izkia Siches agregó –como se dice en buen chileno- “más pelos a la sopa” que viene cocinando desde que se integró al ministerio. Por una parte, sus palabras respecto de que Carabineros “es una entidad autónoma”, causaron escozor. Y también lo hizo su explicación sobre que –si gana el Apruebo- en lo sucesivo se tendría que aplicar el estado de Calamidad y no de Excepción en la Macrozona Sur, pues este último no está contemplado en la propuesta de nueva Constitución.

Las “Izkia-cosas” han sido un continuo desde la llegada de Boric a La Moneda en marzo. Su fallida incursión a Temucuicui –donde intentó dar un golpe de efecto y terminó siendo recibida con balazos y barricadas- fue la primera muestra de que, como he dicho en otras ocasiones, la política no es tan fácil, nadie está inventando la pólvora y el Frente Amplio ciertamente no llegó a salvar a Chile de la estupidez e inmoralidad concertacionista, sino que son de carne y hueso, y están sujetos a los mismos problemas que sufrieron sus antecesores, incluido el conflicto mapuche, donde la solución es mucho más compleja de lo que pensaron.

Otros momentos califican para este “top 5”, como cuando denunció vehementemente la devolución de un supuesto avión repleto de migrantes en el gobierno de Sebastián Piñera o cuando acusó a algunos parlamentarios de haberse “pegado en la cabeza” hace algunas semanas.

Ahora, no solo peca de impulsividad al hablar, sino también de franco desconocimiento de temáticas que por su cargo debiera manejar. En primer lugar, porque Carabineros dista mucho de ser un ente autónomo y depende, adivine de quién: del ministerio que ella encabeza. No solo está sujeto al presupuesto de la nación y sus altos mandos son ratificados o removidos por el Presidente de la República, sino que su funcionamiento depende de la jefa de Gabinete, desde que la ley 20.502 lo determinó así en 2011. Aun cuando algunos autores aseguran que legalmente la institución “se manda sola” (Pablo Contreras, Ricardo Montero et al., 2020), lo cierto es que más allá de su libertad en términos de generar estatutos y de algunos “amarres” que dificultan, por ejemplo, su fiscalización, la responsable política de su funcionamiento es Izkia Siches.

Bien lo sabe, por ejemplo, el exministro del gobierno de Piñera, Andrés Chadwick, acusado constitucionalmente precisamente por el actuar de Carabineros en el estallido social. Pero a Siches parece que se le olvidó.

En cuanto al estado de Excepción en la Macrozona Sur, nuevamente la ministra demuestra o una muy mala memoria o desconocimiento de las materias que le son propias en el cargo. Dicha herramienta efectivamente fue cambiada por el estado de Calamidad en la propuesta de nueva Constitución, pero el acuerdo al que llegó el oficialismo en su conjunto para promover la opción Apruebo afirma en el capítulo sobre seguridad que “en relación a los Estados de Excepción, proponemos establecer en la Constitución el Estado de Emergencia por grave alteración de la seguridad pública, autorizando que las Fuerzas Armadas puedan colaborar, a requerimiento de la autoridad civil y en las condiciones calificadas que establezca la ley, en tareas de resguardo del orden constitucional y del Estado de derecho. Todos los Estados de Excepción, como señala el texto, se aplicarán con estricto respeto a los derechos fundamentales”.

Pocas horas después, la ministra afirmó que se malinterpretaron sus dichos. Y entonces volvemos sobre el tema de las disculpas, las que para ser efectivas y no perder su valor, deben evitar convertirse en una muletilla y tienen que incluir una decisión concreta de no seguir cometiendo los mismos errores. Ninguno de estos dos elementos está presente ya para la secretaria de Estado.

En este escenario, la duda final que queda es cuánto más estirará el elástico del cambio de gabinete el Presidente Boric, antes de que este tipo de situaciones siga minando la credibilidad en su proyecto (considerando que Siches es la ministra peor evaluada en las encuestas). Hasta ahora se dice que las modificaciones serán después del plebiscito, pero la pausa reflexiva del gobierno con miras a las definiciones constitucionales se está convirtiendo en un pesado chaleco de plomo para el Mandatario y su intención de cambiar Chile.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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