Las giras internacionales son terrenos fértiles para que los presidentes cimenten su imagen. Con sus ritos, discursos y conferencias, son espacios simbólicos aptos para –utilizando la terminología del propio Presidente Boric- “habitar” el cargo de Jefe de Estado, distantes de la coyuntura y controversias locales.
Boric, en diversos momentos, supo aprovechar aquello en su reciente periplo por Europa. Un punto a su favor fue su contundente rechazo a la guerra de Rusia contra Ucrania, en la Cumbre de la Celac-UE. Sin embargo, a la inversa, su reconocimiento a la BBC respecto a que “una parte de mí” quiere derrocar al capitalismo, no solo abrió un debate local que no era funcional a los objetivos de esa gira y a la política exterior chilena, sino que también dio muestras de los desafíos de habitar el cargo de jefe de Estado.
Desde una perspectiva comunicacional, el error fue no leer adecuadamente el “contexto situacional”. A partir de la microsociología de Erving Goffman, formulada hace casi 70 años, podemos entender que los individuos continuamente proyectamos nuestras identidades y actuamos distintos roles sociales, adaptándonos a los diversos contextos situacionales y audiencias. Buscamos gestionar estratégica y eficazmente esas expresiones de sí mismo. En ese sentido, en Boric, la ausencia de corbata en su vestimenta, su estilo más franco y distendido, sus permanentes alusiones personales en sus discursos oficiales, su pasión por la poesía y su curiosidad intelectual -entre tantos otros gestos y rasgos- no son hechos fortuitos, sino señales deliberadas por ejercer su performance comunicacional y, con ello, habitar con su impronta la magistratura presidencial de una manera más amable, cercana y auténtica. De este modo, Boric ha logrado ejercer su presidencia en sus propios términos simbólicos.
El punto crítico es calibrar esa forma tan boriciana de habitar el cargo, dependiendo del contexto situacional. Ese estilo funciona en ciertos momentos; en otros, se debe menguar. Aquella entrevista concedida a la BBC era la ocasión para esto último, pues debió estar supeditada a los intereses de la gira: atraer inversionistas. Se valora que el líder progresista Boric sea asiduo a reflexionar críticamente sobre cuestiones ideológicas, pero ¿es necesario que el Boric jefe de Estado concentre la atención por cavilaciones personales de esa naturaleza cuando viaja representando al país?
En los primeros meses de su gobierno, en una entrevista concedida a La Tercera, el Presidente indicaba “habitar un cargo que es más grande que uno mismo, implica que hay cosas del cargo que se pueden adaptar a uno, pero hay muchas cosas de uno que se tienen que adaptar al cargo también”. Esta labor supone así una doble adaptación. En ese proceso, él ha vivido crecientes aprendizajes, tal como ha confesado varias veces. Su gira por Europa no debiera ser una excepción.
Publicada en La Tercera.