¿Cambios de nombres?: a propósito de Gastón Soublette

31 de Enero 2022 Columnas

Circula por las redes sociales una iniciativa ciudadana por el reconocimiento a Gastón Soublette en Limache. La iniciativa es apoyada por diversas organizaciones culturales de la ciudad y también por la radio Latina. La propuesta, concretamente, es cambiar el nombre de algún espacio público ya existente por el del homenajeado. Las alternativas que se barajan son tres: la calle Andrés Bello, la Avenida República o el Parque Brasil (la plaza ubicada en San Francisco de Limache).

Hace unos años atrás, a la muerte del doctor Kaplan en Viña, se alzaron voces proponiendo también un cambio de nombre. Se habló de cambiar el nombre a la avenida Álvarez o Viana. La diferencia ahora, claro, es que se trata de homenajear en vida a un ciudadano destacado. Pero se repite la constante del cambio, es decir, cambiar un nombre por otro. Y es este punto el que me parece problemático ya que implica una borradura de la memoria ya instalada en la población. No se promueve el bautizo de un espacio público nuevo o aún sin nombrar, sino la anulación del nombre ya tradicional por otro.

Tanto la persona de Gastón Soublette como su obra literaria y de rescate de las tradiciones es altamente reconocida en Limache. De él, las diversas organizaciones sostienen: “Sus reflexiones sin lugar a dudas son referencia de una ética que pone en el centro de la humanidad la búsqueda de justicia, el respeto a la naturaleza y la puesta en valor del patrimonio común”. Precisamente, tratándose de un intelectual que ha defendido siempre la importancia de la cohesión social  de un patrimonio común, resulta paradójico un homenaje que se sustente en la eliminación de un patrimonio.

Comparto plenamente el cambio de un nombre o retiro de homenaje que resulte ofensivo y que denigre los valores que sustentamos como sociedad. Tal es el caso del retiro de la estatua del sacerdote Poblete de un parque en Santiago producto de la comprobación de abusos sexuales en su contra. Lo mismo sucede con calles que llevan nombres de personas que han cometido delitos como por ejemplo violaciones a los derechos humanos. Pero no es el caso de las tres alternativas dadas. Andrés Bello, venezolano nacionalizado chileno, fue fundador de la Universidad de Chile, redactó  la Gramática de la lengua castellana  y el  Código Civil de Chile. Sin duda que no hay nada indigno en su legado que amerite la eliminación de su nombre de una calle. El caso de la Avenida República, si bien no se centra en una persona, aglutina un concepto altamente valioso y aún en vigencia sobre un modo de entender el quehacer político. Y el nombre del parque hace mención a un país amigo que sin duda es portador de una gran riqueza y diversidad cultural.

Mi llamado entonces es a repensar el homenaje.  Ya no desde la lógica del cambio que resulta violenta, y a darle una vuelta más de tuerca. De seguro los limachinos sabrán encontrar un espacio adecuado para que lleve el nombre de Gastón Soublette.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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