A propósito de la visita de Judith Butler a Chile

13 de Abril 2019 Columnas

Judith Butler, filósofa norteamericana y con una amplia reflexión teórica acerca de diversos problemas actuales, visitó nuestro país la semana pasada. En general, es mayormente conocida por sus estudios de género, cuerpo y sexualidad. Sin embargo, sus trabajos han ido paulatinamente ampliándose hacia otros ámbitos, tales como la violencia de estado, el duelo, la situación de los inmigrantes y la condición de vulnerabilidad.

Si bien es arriesgado hacer afirmaciones generales tratándose de una filósofa compleja como lo es Butler, creo no equivocarme al sostener que, por debajo de sus diversas  teorías, se halla siempre un impulso ético que anima su pensar. Es en este marco ético que quiero centrarme a raíz de un reciente y conmovedor suceso: la ayuda que un esposo da a su mujer para morir.

Después de treinta años de llevar una esclerosis múltiple y de esperar años por la ley de la eutanasia (buen morir), una mujer pide a su esposo que la ayude a morir. El esposo le suministra lo necesario y está hoy ad portas de un proceso judicial que puede culminar con pena de cárcel. Dos ideas de Butler pueden venir en nuestra ayuda. La primera de ellas es lo que Butler llama “la estructura de la demanda” y la responsabilidad que como sujetos tenemos con ese otro que nos interpela moralmente. La demanda del otro viene como algo que “tiende a arruinar mis planes”  ya que el otro “me ha hecho su demanda, me ha acusado de alguna falta o me ha pedido que asumiera una responsabilidad”. Imposibilitada de ingerir ella misma la sustancia para provocarse la muerte, la mujer llevaba años solicitando a su marido que lo hiciera. Así lo declaró el hombre a la prensa: “Mi mujer me lo había pedido siempre y en los últimos cuatro meses me lo pedía constantemente”. Por lo tanto, la “ayuda” adviene al interior de la estructura de la demanda y de la responsabilidad frente a ella.

Un segundo concepto de Butler que resulta preciso para pensar esta situación es la de “vida vivible”, y es que se concibe “la vida como algo que exige unas condiciones para llegar a ser una vida vivible”. ¿Qué vamos a hacer? ¿Condenaremos a este hombre por responder a la legítima demanda moral de su esposa? ¿Haremos un arregluín moral rebajándole la pena a libertad en domicilio para quedar bien con dios y el diablo? ¿O enfrentaremos con total radicalidad el derecho al “buen morir” (eutanasia) como un derecho de todo hombre a su vida digna?

Judith Butler ya ha dejado Chile, pero sus intervenciones tanto en la Universidad de Chile como en la Municipalidad de Valparaíso, dejan en claro la urgente necesidad de que los desafíos de la sociedad actual sean pensados a través de una mirada crítica y un sólido debate intelectual.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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