​¿Perseverancia o maquiavelismo?

25 de Julio 2018 Columnas

Claro está, para muchas personas el logro de sus objetivos no tiene límites. Es decir que con tal de obtener un resultado deseado, no se toman los resguardos necesarios respecto de la salud física ni emocional de la contraparte. Incluso, son capaces de faltar a la ética, despojados de consideraciones morales. Estos últimos se subordinan o se niegan, con tal de obtener la victoria o de satisfacer los propios deseos. En ese escenario todo sirve.

Esta es la diferencia entre la perseverancia y el maquiavelismo. Ser perseverante nos permite conseguir resultados, nos permite ser eficientes, pensar en largo plazo; ser maquiavélico implica la distancia emocional necesaria para presionar o para tomar decisiones que pueden conflictuar con lo aceptable o lo comprensible. Este comportamiento puede resultar familiar en la toma de decisiones en más de una organización y en más de un alto y reconocido ejecutivo.

Pero también es el actuar del hoy presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Gobernante competitivo, impositivo, cuya premisa fundamental sería “la supervivencia del más fuerte”. Por lo menos así lo ha dejado demostrado en sus “notables” intervenciones en política interior y exterior.

Nos hemos enterado, con mucho dolor, que han sido separados los hijos de sus padres en familias de migrantes. Esto, mientras los padres son procesados por entrar al país de manera ilegal. Esta medida busca presionar para que se llegue a un acuerdo y se apruebe la aplazada ley de inmigración, que permitiría la construcción del controvertido muro de una gran parte del límite entre México y Estados Unidos.

Este escenario, sin duda, dejará huellas imborrables en esos niños y adultos. Los primeros, muy probablemente, no entenderán el por qué les negaron el abrazo de sus padres cuando lloraron por su ausencia.

Publicado en Diario Estrategia.

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