Un mayor conocimiento en este campo puede ayudarnos a desarrollar estrategias más efectivas de prevención y tratamiento del Alzheimer, y mejorar la calidad de vida de aquellos que han experimentado traumas en la infancia.
El capital cerebral y humano se han convertido en el nuevo motor de la economía y en un factor clave para el desarrollo de los países, por encima incluso de la información per se.