Una apuesta por la especialización. Con esta premisa, Félix Antolín, egresado y abogado de la Facultad de Derecho de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y exdirector de Litigios en Albagli Zaliasnik, decidió emprender desde la profesión legal con la reciente inauguración de un estudio jurídico especializado en litigios y arbitrajes. Para ello se asoció con Manuela Ruíz, abogada de la Universidad Diego Portales (UDP) quien integra en la actualidad el listado de jueces árbitros de la Corte de Apelaciones de Santiago. Se trata de “Antolín Ruiz”, firma “boutique” dedicada a la resolución de controversias desde una perspectiva personalizada, con una mirada estratégica y global a los litigios de distinta índole.

¿Por qué centrarse en litigios y arbitrajes? Las controversias que hoy afectan a personas y empresas son mucho más complejas que hace 10 o 15 años. Por lo mismo, el mercado legal se ha ido especializando y hoy podemos ver cómo las nuevas oficinas jurídicas ofrecen asesorías en materias específicas, apostando por la especialización y no por el volumen”, señalaron al respecto los abogados en el Mercurio Legal.

Con este desafío formaron un equipo junto a dos abogadas al que pronto esperan sumar más integrantes para seguir atendiendo asuntos civiles, comerciales, arbitrales, penales y regulatorios, entre otros. Entre sus clientes se encuentran empresas inmobiliarias y de construcción, otras dedicadas a inversiones y comercio internacional, y personas con conflictos de índole patrimonial, societaria y penal.

Conversamos con Félix Antolín, egresado en 2008 de la UAI Viña del Mar, Máster en Derecho (LL.M.) de la Universidad de Nueva York y miembro del listado de árbitros jóvenes del CAM Santiago y del listado de jueces árbitros de la Corte de Apelaciones de Santiago, sobre los cambios y desafíos que presenta el mercado laboral para los actuales y futuros abogados, y de algunas recomendaciones para emprender en la profesión legal.

¿Cómo se gestó el proyecto del estudio jurídico y que te impulsó a desarrollarlo?

Desde los inicios de mi carrera me he dedicado a los litigios y arbitrajes y junto a mi socia entendimos que las personas, instituciones y empresas tienen problemas diversos y que siempre tienen aristas distintivas entre sí. En consecuencia, se requieren soluciones creativas y respuestas rápidas, en un ambiente grato y de confianza para los clientes. Así, decidimos formar un estudio boutique dedicada primordialmente a la resolución de controversias de toda índole, que entregue respuestas a esa necesidad de nuestros clientes.

– ¿Cuáles -según tu experiencia- son los principales desafíos que enfrenta un abogado en el mercado laboral actual?

Los abogados vivimos en un mercado híper-especializado y con clientes que tienen crecientes necesidades de atención y de soluciones rápidas y efectivas a sus problemas jurídicos. Así, por un lado, creo que los abogados que están empezando tienen que absorber todas las habilidades que puedan de sus primeros trabajos, y aprender a tener ductilidad y flexibilidad frente a los constantes desafíos que se les presenten. Por otro lado, los abogados que llevamos más tiempo en la profesión, debemos buscar la consolidación obteniendo la confianza de nuestros clientes, mostrándoles que podemos crear soluciones innovadoras y “a la medida” de sus problemas particulares.

– ¿Qué consejos le darías a los abogados/colegas que quieran emprender?

Les recomendaría tener un plan de negocios y un norte claro y que se dediquen a aquello que les apasiona y hace felices. Además, les sugeriría que sean valientes, hay mucho mercado fuera de los estudios jurídicos grandes, y los clientes quieren tener una atención personalizada. Ojo también que para emprender no solo basta con saber derecho, sino que también es importante adquirir una serie de habilidades que la experiencia y escuelas como la UAI pueden otorgar.

– Sobre tu paso por la UAI, ¿qué es lo que más destacas de la formación académica y cómo ha contribuido a tu desarrollo profesional?

Destaco, fundamentalmente, que la UAI constantemente ha sido pionera en los modelos de enseñanza de nuestro país. En particular, siempre me pareció apasionante la formación de los cursos fundamentales (o “core” que entiendo se llaman ahora) y, en Derecho, las perspectivas prácticas que otorgaba la carrera, mediante la formación vía análisis de casos y las diversas oportunidades que otorgaba para estar conectados con las principales temáticas e instancias de actualidad jurídica de Chile y el mundo.