Veinte años cumplió el reconocimiento “100 Jóvenes Líderes”, entregado por la Universidad Adolfo Ibáñez y Revista Sábado a quienes antes de los 35 años están aportando a hacer de Chile un país mejor. La presencia creciente de mujeres y de las regiones fue uno de los puntos destacados en la ceremonia de premiación de la versión 2023 de la iniciativa, que tuvo lugar en las oficinas de El Mercurio.

En la oportunidad, la vicepresidenta de la República Carolina Tohá, invitada especial como Joven Líder en el año 2000, felicitó a las instituciones tras esta iniciativa, ya que -según dijo- “es un reconocimiento que tiene un gran valor, porque cuando se es joven y se está emprendiendo un camino de liderazgo, hacerse visible y conocido es un gran empujón”.

Tohá subrayó la importancia de establecer redes entre los premiados. “El mayor valor de esta iniciativa no es reconocer a cada uno de ustedes y hacerlo por años de años, generación tras generación, sino armar este grupo humano de líderes que muy tempranamente se conocen, se identifican y ojalá instauren algún tipo de relación”.

La vicepresidenta de la República añadió que hoy en día, “uno no podría decir que faltan líderes. Lo que falta es capacidad entre los líderes de construir en conjunto, de escucharse, de mirarse, de generar acuerdos, de incluirse a partir de su especificidad”. 

Por su parte, el decano de la Escuela de Negocios UAI, Juan Carlos Jobet -elegido Joven Líder en 2010-, indicó que “el mundo está cambiando más rápido que nunca. Está cambiando el clima, la tecnología y transformando muchísimas industrias, y están cambiando nuestras instituciones. Esos cambios requieren, más que nunca, liderazgo… Ver sus perfiles y sus trayectorias me hizo sentir confianza en lo que viene hacia adelante, porque creo que estamos en buenas manos para enfrentar los cambios que están ocurriendo tan aceleradamente”.

“Me maravillé por la diversidad”, agregó. “Los liderazgos en Chile han sido por años muy homogéneos, y creo que el grupo que ustedes representan muestra la diversidad del país que tenemos. En la diversidad, en las diferencias de miradas, de orígenes, de disciplinas, de intereses, en la diversidad regional, está la riqueza. Yo creo que tenemos como país que abrazar la diversidad  como una fuente de riqueza, de conocimiento y de sabiduría, que nos va a preparar mejor para forjar los desafíos que tenemos”.

El decano de la Escuela de Negocios UAI añadió que al revisar los aportes de los ganadores y ganadoras se llenó de optimismo, “de ese optimismo que se trasunta en sus historias; esa capacidad de comprender el entorno que nos rodea, mirar las oportunidades y los desafíos que ese entorno impone y a partir del ingenio, del trabajo, de la movilización de las voluntades de otros, ser capaces de pensar y de confiar en que las cosas pueden ser mejores si enfocamos nuestro talento y esfuerzo en cambiarlas para bien”.

Carlos Schaerer, director de El Mercurio, en tanto, profundizó en los cambios en los perfiles de los premiados que ha experimentado la iniciativa desde su origen hasta el día de hoy, relevando que estas transformaciones reflejan los cambios en la sociedad.

Premiados UAI

Entre los premiados destacaron miembros de la comunidad de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Ronald von der Weth, abogado UAI y director ejecutivo de la Fundación para la Protección Ciudadana, destacó que la universidad fue un “universo de conocimientos y experiencias” que contribuyeron a situarlo en el rol en que se encuentra hoy. “Me siento muy orgulloso de mi alma mater porque cuando egresé me sentí con todas las herramientas para enfrentar el mundo laboral y hoy en día estamos haciendo un sistema de seguridad integral con grandes desafíos, y lo estamos logrando en parte gracias a la universidad”.

Por su parte, la cofundadora de la startup Quelp, Alejandra Allendes, agrónoma de la Universidad de Chile y Master en Gestión y Emprendimiento Tecnológico de la UAI, relató que su emprendimiento -por el cual fue reconocida- nació justamente como la tesis del programa de postgrado que cursó en la Universidad Adolfo Ibáñez. “Todo partió en el Master; armamos la startup y aplicamos todos los conocimientos que ahí nos dieron y lo seguimos haciendo hasta ahora”, enfatizó.

Sandor Abad, estudiante de quinto año de Ingeniería Comercial en la UAI y creador del proyecto de reinserción “Caminos” -que busca entregar herramientas académicas para la posterior reinserción social de personas privadas de libertad- destacó el apoyo de la Universidad en todo sentido para llevar adelante su iniciativa, y ciertas habilidades adquiridas como el liderazgo y la comunicación. “Nada de esto existe sin la UAI”, concluyó.