¿Por qué donan las empresas? Visiones desde la sociedad civil, la academia y la empresa

10 de Mayo 2021 Noticias
¿Por qué donan las empresas? Visiones desde la sociedad civil, la academia y la empresa

El CEFIS UAI junto a la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio realizaron seminario orientado a impulsar la cultura filantrópica en el país.

La mañana del jueves 6 de mayo, la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio (AmCham) junto al Centro de Filantropía e Inversiones Sociales (CEFIS) de la Escuela de Gobierno lideraron el seminario “¿Por qué donan las empresas? Impulsando una Cultura Filantrópica en Chile”, un encuentro en el que personalidades del mundo académico, empresarial y de las fundaciones, compartieron visiones respecto a la profundización de la cultura de donaciones que actualmente experimenta el país y discutieron en torno a los motivos que impulsan a las empresas a donar.

En el encuentro liderado por Paula Estévez y Kathleen Barclay, Gerenta General y Directora y Chair del Comité de Sustentabilidad de AmCham respectivamente, participaron además Laura MacDonald, fundadora de Benefactor Group y Chair de la iniciativa Giving USA; Magdalena Aninat, Directora del CEFIS; Victoria Alonso, Directora Ejecutiva de Fundación Tierra Austral; Daniela del Valle, Gerenta General de Fundación Ibáñez Atkinson y Thomas Keller, CEO de Colbún.

En sus palabras de bienvenida, Estévez, celebró que en la actualidad cada vez sea más frecuente que las empresas representen su compromiso con la sociedad mediante la filantropía y la inversión social, destacando que: “desde AmCham trabajamos en pos de un crecimiento sostenible, inclusivo e integral. A través del Comité de Sustentabilidad promovemos la colaboración entre los distintos actores de la sociedad civil contribuyendo a la creación de un futuro sustentable”.

La visión desde la academia

Durante su presentación, MacDonald ahondó en el panorama filantrópico y de donaciones corporativas de Estados Unidos y comentó los resultados de Giving USA 2020, reporte anual elaborado junto a académicos de la Lilly Family School of Philanthropy de la Universidad de Indiana. De acuerdo al informe, elaborado en base a datos del 2019, durante ese año, se movilizaron US$450 billones en donaciones a organizaciones sin fines de lucro en Estados Unidos, lo que equivale casi un 2% de la economía del país, destacando que “En Estados Unidos la filantropía está impulsada por los contribuidores individuales, los que representan el 69% del total de donaciones, correspondiendo sólo un 5% a donaciones realizadas por empresas”. En cuanto a las causas a las que fueron destinados los recursos, un 29% fue dirigido a instituciones religiosas, un 14% a educación, un 9% a salud, 5% a asuntos internacionales, 5% a cultura, artes y humanidades y un 3% causas ambientales y animalistas, entre otras. Finalmente hizo hincapié en cómo las políticas de los distintos gobiernos al igual que el marco legal, pueden incentivar el crecimiento del sector, o por el contrario, perjudicarlo.

A continuación, Magdalena Aninat se refirió al panorama chileno, radicalmente distinto al de Estados Unidos, ya que (de acuerdo a datos del SII de 2015), las empresas son responsables del 91% del total de donaciones movilizadas en el país. La directora del CEFIS relevó el rol de la filantropía como fuente de autonomía para las organizaciones de la sociedad civil y destacó que cuando las empresas piensan en aportes sociales, sólo una parte se refiere a la donación en dinero, ya que existe un abanico de mecanismos para realizar aportes sociales de forma más amplia, a través de la ejecución de programas propios, alianzas con instituciones benéficas, becas, voluntariados corporativos, entre otras estrategias. Pensando en cómo fortalecer el sector de cara al futuro, Aninat planteó la necesidad de que el país avance hacia una regulación que facilite el desarrollo de la filantropía, ojalá en línea con lo recomendado por la OCDE: un sistema único, que sea simple, transparente, que amplíe la base de donantes y de organizaciones que puedan participar del sistema, concluyendo que: “El marco legal facilita o entorpece el desarrollo filantrópico pero no determina el compromiso del aporte social. Eso viene de la visión de los tomadores de decisiones, aunque sin duda el uso de incentivos es importante”.

La voz de las fundaciones

Más adelante, líderes de dos fundaciones entregaron sus visiones desde las organizaciones de la sociedad civil.

Victoria Alonso dirige Tierra Austral, ONG chilena que promueve la protección de áreas privadas con alto valor ecológico (las que equivalen a un 80% de las existentes en Chile) en las cuales el Estado se encuentra limitado en cuanto a protección ambiental. Alonso ahondó en las dificultades que enfrentan las organizaciones ambientales en Chile a la hora de movilizar recursos, debido a que el sector no sólo no cuenta con beneficios tributarios, sino que además debe pagar impuestos por donaciones recibidas. Asimismo, se refirió al vital rol que puede jugar la filantropía corporativa para avanzar en el enorme desafío de conservación medioambiental: “Si Chile quisiera tener un sistema básico de áreas protegidas, estamos en un déficit de casi US$70 mil millones al año. Si quisiéramos llegar a un escenario óptimo, estamos casi US$230 mil millones tras lo que necesitamos”. Respecto a la pregunta planteada al inicio del seminario, comentó: “las empresas deben donar porque son capaces de ir a la delantera, pueden llevar adelante iniciativas que de otra forma no sucederían, pueden llenar vacíos que el Estado no puede y porque hay tareas que tenemos que cumplir entre todos”. Daniela del Valle, al mando de Fundación Ibáñez Atkinson, establecida en 2011 para institucionalizar y profesionalizar los aportes filantrópicos de la familia del mismo nombre, presentó sobre el camino recorrido en estos 10 años de existencia. De este modo, explicó que la organización orientada al desarrollo cultural y la formación educacional de las personas a través de la música, la lectura y e trabajo medioambiental, intenta trabajar con una gestión y una mirada empresarial: con un gobierno corporativo de alto compromiso, un equipo ejecutivo propositivo, contando además con altos estándares operacionales.

Mirada empresarial

Finalmente, Thomas Keller, constató que en Colbún existe la convicción de que los buenos resultados económicos de una empresa sólo se pueden generar junto a una gestión de excelencia en los ámbitos social y medioambiental, por lo que la compañía se enfoca en privilegiar el desarrollo local y la creación de valor en los territorios en los que opera, ya que “en la medida que las comunidades se desarrollan, nos desarrollamos como empresa en nuestras operaciones”. Asimismo, agregó que prefieren no hablar de donaciones, sino de inversión en las comunidades y grupos de interés con los cuales se relacionan, “porque buscamos que éstas estén mejor con Colbún que sin Colbún”, enfatizó.

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