Manuel Valls: “El socialismo es una fórmula que ha muerto”

19 de Agosto 2021 Noticias
Manuel Valls: “El socialismo es una fórmula que ha muerto”

El ex primer ministro de Francia y actual concejal del Ayuntamiento de Barcelona realizó un análisis sobre la crisis de la democracia y el papel que ha jugado en ella la izquierda.

Manuel Valls fue el invitado a una nueva sesión del ciclo “Conversaciones sobre nuestro tiempo” de la UAI para debatir y analizar los temas que preocupan al mundo, especialmente el hacia dónde va la izquierda, y conversar con respecto a la crisis de la socialdemocracia, el rol del liberalismo y la crisis de representatividad junto a Carolina Tohá, cientista política y militante PPD y Francisco Covarrubias, decano de la Facultad de Artes Liberales de la UAI.

El político e historiador hispano-francés comenzó destacando la importancia de que en el ámbito universitario se trate lo que está pasando en el mundo declarando, además, que en el escenario europeo “yo soy el fruto también, no sé si causa o consecuencia de parte de la crisis de la izquierda francesa. Hay unas palabras de un gran intelectual francés de izquierda, Jacques Julliard, que decía que el pueblo y la izquierda y, sobre todo el pueblo y el partido socialista, habían decidido que no tenían nada que decirse, ya no tenían nada que hacer juntos, lo escribía en un texto que se llamaba Réquiem para una izquierda muerta. Eso es muy duro y se debe a razones propias de lo que pasó en Francia esos últimos años”.

Para introducir el debate, Valls planteó que él cree que la crisis de la izquierda no es solo coyuntural en función de la situación política en cada país. No solo se debe a errores o divisiones, sino más bien se trataría de una forma de derrota ideológica y cultural que ha perjudicado a todas las izquierdas europeas y también en América. Puntualizó que, desde la caída del Muro de Berlín, en 1989, toda la socialdemocracia ha estado buscando su camino, sin embargo, esta no es capaz de dar una explicación global del mundo, no siendo capaz de reconstruir un proyecto, de proponer un proyecto global y coherente: “El compromiso construido, elaborado después de la Segunda Guerra Mundial entre la democracia liberal representativa, la economía de mercado, la economía abierta y el Estado Social se ha estancado, se ha cansado y lo podemos decir de otra forma, ya no sirve para identificar la socialdemocracia y la izquierda. Por supuesto, hay diferencias según los países y continentes, pero hoy, por ejemplo, en Europa el dinero público masivo para ayudar a las empresas durante la crisis sanitaria, esta inversión de dinero público lo hacen todos los gobiernos de derecha o de izquierda, es decir que el papel del Estado social de las políticas de sanidad para proteger a la gente ya no es una cosa solo de izquierdas”.

A juicio de ex primer ministro francés la izquierda no ha sido capaz de reformar el Estado Social, de adaptarlo a las realidades de la época para luchar contra las desigualdades y parte del hundimiento de las clases medias, sobre todo las golpeadas por la crisis financiera de 2008, y cómo les ha sido muy difícil enfrentar las consecuencias de la globalización de la economía, gran fenómeno de los años 80 y 90 y, al mismo tiempo, de la individualización de la sociedad. El surgimiento de otras reivindicaciones sociales o del ámbito de la sociedad han cambiado las referencias y las fórmulas de la socialdemocracia a nivel global y de una cierta forma, provocando el debate respecto del socialismo pensado al final del siglo XIX. Para Valls “el socialismo es una fórmula que ha muerto. Los partidos socialistas se llaman socialistas, pero qué quiere decir la palabra socialista y aquí frente a esos cambios, ha sido complicadísimo encontrar una nueva forma”.

Crisis de la democracia

Valls explicó que el siglo XXI abre con el 11 de septiembre de 2001, con el ataque a las torres de Nueva York, y hoy 20 años después, tenemos una nueva crisis en Afganistán. En Europa y en América del Norte el fenómeno identitario, con el surgimiento del islamismo, del terrorismo, pero también de otras reivindicaciones como las de género, de la orientación sexual y otros diferentes temas pone en encrucijada a una izquierda que no tiene una respuesta y eso explicaría, en parte, el auge de populismos de derecha. Para el político, el populismo siempre busca un enemigo abriéndose paso frente a la crisis de la izquierda tradicional o de la izquierda socialdemócrata. Ahora bien, plantea que el populismo surge también con formas diferentes en la izquierda y eso conforma una sociedad cada vez más horizontal donde: “las redes sociales tienen un papel fundamental, donde la prensa tradicional va detrás de las redes sociales, donde los partidos tradicionales verticales, que es el caso de los grandes partidos socialdemócratas, ya no tienen la capacidad de responder a esta nueva demanda de la sociedad lo que acentúa la crisis de la política, acentúa la crisis de la democracia, acentúa la crisis de las instituciones y cuando hay una crisis de la democracia de ese nivel, la izquierda, con su visión tradicional, no tiene la respuesta y esa respuesta la tienen movimientos, partidos que se mueven como un pez en el agua, con mucha más habilidad que los partidos tradicionales”.

El político europeo afirmó que actualmente no solo vivimos una crisis de la izquierda o de la política, vivimos más bien una crisis potente de la democracia: “yo soy de izquierda y seré siempre de izquierda a pesar de ella y a pesar de mí que es una frase muy bonita del gran escritor francés de Albert Camus. Soy de izquierda porque creo en la lucha contra las desigualdades y soy optimista sobre el ser humano y creo en el progreso educativo y científico, pero creo que la izquierda democrática, respetuosa de los ciudadanos, del Estado de derecho, de la democracia representativa tiene que hacer una reflexión muy profunda sobre esa crisis de la democracia en una sociedad donde la polarización abre espacios a la extrema derecha o a la extrema izquierda, a la búsqueda de enemigos”.

Como planteaba, anteriormente, Valls es optimista y cree que: “frente a la crisis de la democracia hay un espacio para la izquierda, pero lo tiene que hacer con una reflexión y nuevas propuestas, sino, no solo la izquierda tradicional puede desaparecer, nuestras democracias estarán golpeadas y hay siempre sistemas nuevos, es muy interesante ver que en los regímenes liberales o personajes liberales como Bolsonaro, como Orbán en Hungría, Putin, tienen una respuesta más coherente, fácil para mucha gente, capaz de seducir cuando las democracias están hoy pasando una crisis política”.

Al finalizar, el ex primer ministro conversó y contestó preguntas de Carolina Tohá y Francisco Covarrubias sobre lo que sucede con la izquierda en Chile y el resto del mundo.

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