Humanidad Compartida

20 de Diciembre 2019 Noticias

Indudablemente los últimos meses han estado cargados, finalizar el año siempre es intenso pero más aún en estos momentos. Por eso, el libro del académico de la Escuela de Psicología, Claudio Araya llega en un momento justo a proponer un programa de trabajo en el que sea posible desarrollar eso que nos une a todos: la humanidad.

Humanidad Compartida es un libro que invita – a través de 52 reflexiones y prácticas, una por cada semana del año – a detenernos, y a llevar a la práctica acciones hábiles que contribuyan al bienestar personal y de otros.

En la presentación de la obra, Jorge Sanhueza, decano de la Escuela de Psicología acota que “con las legítimas necesidades de reconstruir una sociedad que se ha construido no necesariamente sobre pilares de justicia y equidad, tenemos que hacerlo desde lo que somos más profundamente, sino vamos a partir de nuevo quebrados. Tenemos que tomar la humanidad compartida y en eso, indistintamente de nuestras posiciones, tal vez podamos encontrarnos”.

Roberto Arístegui, académico de la Escuela de Psicología y encargado del prólogo del libro agrega que “veo un valor profundo, porque esto no es solo basado en la evidencia, sino que es basado en la práctica, y tiene fundamentos, hay filosofía, pero además tiene un pensamiento práctico, una forma de vida y eso es lo que culmina con las preguntas y en que cada caso hay una manera que invita a que yo lo haga por mí mismo”.

El autor, Claudio Araya explica lo que lo motivó a escribir este libro, el camino y su experiencia señalando que “hoy es más necesario que nunca detenernos y mirar con una mirada renovada nuestro entorno y a nosotros mismos. Estoy convencido que esto no se puede hacer solamente pensando, necesitamos practicar, necesitamos desarrollar formas de vida donde pongamos en práctica las habilidades de la presencia, la empatía y la compasión”. Lo que profundiza en la siguiente entrevista:

  • ¿Qué te inspiró a escribir este libro?

“Me inspiró la experiencia de humanidad compartida, el darme cuenta que lo que me salva a mí (de mi soledad y mis temores) y a muchos otros, es las experiencias de conexión, de sentirnos parte de una comunidad, un sentido de construirnos en relación a otros”

  • ¿Qué plantea este libro?

“Me gusta mucho que este libro no plantea certezas ni verdades definitivas, al contrario, nace de las dudas, y lo que propone es volver a explorar en la propia experiencia, a realizar nosotros mismos las indagaciones que necesitemos hacer. Creo que hemos olvidado la importancia de la propia experiencia, y de volver a ella misma para encontrar las respuestas. Estamos más acostumbrados a creerle a expertos que a nosotros mismos, y eso es un gran error a mi parecer”

  • ¿Qué buscas transmitir?

“Este libro tiene un propósito eminentemente práctico y busca abrir reflexiones sobre la vida cotidiana, es una invitación a poder vivir de un modo más consciente, empático y compasivo. Ese es el camino que propone”.

  • ¿Cómo ves este libro en la vida de las personas?

“Este libro no contiene recetas, sino más bien invitaciones a reflexionar en conjunto e indagar directamente en nuestra experiencia, probar. Me gusta ver este libro como una conversación sostenida entre 2 buenos amigos, al ritmo de quien lee, una conversación que moviliza e interpela”.

  • ¿Cuán necesario es –hoy en día- tomar conciencia sobre detenerse y cultivar el autocuidado?

“Creo que definitivamente no podemos separar el bienestar social y el bienestar de las personas, son dos caras de la misma moneda. Hemos vivido muchos años inmersos en un sistema que privilegia el individualismo, el materialismo, la competencia, lo que ha traído lo que ya sabemos, indiferencia, separación de unos con otros, falsas separaciones y desigualdades”

  • ¿Cómo se vincula este libro entonces con las relaciones interpersonales?

“Hemos perdido de vista la importancia de la relacionalidad, de los vínculos, del sentido que emerge de los encuentros, de lo básico que es que formamos parte de una gran familia y que hay más cosas que nos unen que cosas que nos separan.

Creo que detenernos nos permite mirar con una mirada renovada lo que ocurre a nuestro alrededor, actuando con mayor consciencia, más que con reactividad. El autocuidado no es algo individualista, nos cuidamos para ser coherentes y cuidar a otros, cuidar para cuidarnos”.

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